Las acciones chinas cayeron más de un 6% y tocaron su mínimo en 3 meses, empujando a la baja a las bolsas de Asia, minando el deseo de riesgo de los inversores y dando al yen un impulso extra tras la victoria electoral de la oposición japonesa.

Los resultados en las urnas, aunque aunque casi se descontaban, originaron una compra a corto plazo de yenes ante la esperanza de que se implanten políticas que apoyen el gasto de los consumidores en una economía atrapada en la deflación y que enfrenta un débil pronóstico de crecimiento, aunque las acciones locales cayeron por la debilidad de los exportadores.

Fuera de Japón, la volatilidad en Shanghái, un mercado en buena parte cerrado a los extranjeros, ha reducido la toma de riesgo y ha estado empujando a la baja al dólar australiano, un objetivo común de los inversores que buscan mayores ganancias debido a su rendimiento relativamente alto.

Las acciones cotizadas en Shanghái cayeron un 6,74%, en mínimos de 3 meses, y registraron en agosto su segunda pérdida mensual más grande en los últimos 15 años.

Los temores a que los bancos racionarán el crédito luego de la abundancia del primer semestre y a una oferta de nuevos papeles han estado debilitando las acciones chinas, lo que a su vez ha influido de manera negativa en el sentimiento de los inversores globales acerca de conservar activos de riesgo.

Las acciones de Bank of China, el mayor prestamista en moneda extranjera del país, cayeron un 5,9% en Shanghái y tuvieron el mayor impacto negativo en el mercado.

El índice Hang Seng de Hong Kong cayó un 1,8% a un mínimo en un mes, siguiendo los pasos de Shanghái.

El índice promedio japonés Nikkei perdió un 0,4%. Los importantes exportadores Canon y Honda Motor tuvieron los mayores desplomes del referencial, perdiendo cerca de un 3,3% y un 1,8%, respectivamente, debido al fortalecimiento del yen.

Las acciones australianas tuvieron un desempeño relativamente positivo, cayendo sólo un 0,23%. Las acciones del Australia and New Zealand Banking Group Ltd saltaron un 4,1% luego de que el cuarto prestamista más grande del país dijo que estaba comenzando a ver una reducción de sus provisiones por deudas incobrables.

El índice MSCI de acciones asiáticas fuera de Japón retrocedía un 1,3%. La venta de títulos era extendida y golpeaba a los sectores de consumo masivo, energía, telecomunicaciones y de materias primas.

El repunte bursátil asiático perdió fuerza entre julio y agosto por dos razones, de acuerdo a Mark Matthews, estratega para el Asia Pacífico de FoxPitt Kelton en Hong Kong.

"La primera es que se espera que Estados Unidos en particular y el mundo desarrollado experimenten recuperaciones económicas más robustas de lo anteriormente esperado. La segunda es que hay un cambio de política en China", indicó Matthews en una nota.

En el mercado de divisas, el yen tuvo un impulso temprano por los claros resultados electorales, que eliminaron cualquier incertidumbre acerca del liderazgo político japonés. La fuerte liquidación de papeles en Shanghái también apoyó al yen a medida que los operadores buscaban un refugio seguro.