Los temores a que las autoridades económicas en todo el mundo tardarán en apoyar la tambaleante recuperación global impulsaban el martes al yen, pero pesaban sobre las bolsas asiáticas y seguían alimentando el repunte de los bonos japoneses y estadounidenses.

El índice Nikkei de la bolsa de Tokio lideró los descensos en la región, con una caída del 3,6%, luego de que aumentó la preocupación de los inversionistas por la apreciación sin pausa del yen, que ha ganado un 11% desde mayo.

Los gobiernos, especialmente en economías avanzadas pero fiscalmente débiles, están cautelosos a la hora de instrumentar más estímulos al gasto para respaldar una recuperación, seguridad ha sido el norte de los inversores en agosto.

Los precios del oro al contado han subido un 5% este mes y se encaminan a su mayor ganancia mensual desde abril, mientras que el diferencial del bono del Tesoro a 10 años cayó 39 puntos básicos en agosto, su mayor caída desde diciembre del 2008.

Los inversionistas ignoraron levemente un dato de consumo en Estados Unidos ligeramente más fuerte que lo esperado y se focalizaron en los datos de empleo de agosto que se difundirán el viernes, para ver si las contrataciones en el sector privado se mantienen pese a los despidos en el sector público.

En Japón, el índice Nikkei de la bolsa de Tokio sufrió su peor descenso diario desde el 7 de junio, liderado por una combinación de acciones de los sectores tecnológico y minorista. El referente nipón ha caído más de un 7% en agosto, en el peor descenso mensual desde mayo, por temores a que la recuperación de la economía global podría estancarse mientras el yen fuerte amenaza con limitar las exportaciones, que han estado empujando la frágil recuperación nipona.

En tanto, el Hang Seng de Hong Kong terminó con un descenso de 0,97% en la sesión, mientras que el Shanghai Composite lo hizo en 0,52%

YEN
El alza del yen contra el dólar, que ya lleva cuatro meses, es su mayor racha de ganancias desde el 2008. El martes, el dólar perdía un 0,6% y se negociaba a 84,15 yenes, cerca de mínimos en 15 años registrado la semana pasada a 83,58 yenes.

El Banco de Japón amplió el lunes una herramienta para hacer préstamos baratos en una renuncia de emergencia, pero los inversores consideraron que la medida era insuficiente y apenas un gesto simbólico que poco podría hacer para detener la escalada del yen.

Gran parte de la apreciación de la moneda nipona ha sido atribuida a factores que están fuera del control de Tokio: la prolongada debilidad del dólar por temores de que Estados Unidos podría volver a caer en recesión y una huida hacia los llamados "refugios seguros" como el yen, con los inversores apartándose del riesgo.