Miradas hacia la izquierda, a la derecha. Usain Bolt se fija en el joven Christian Coleman, como explicándole que contra él será difícil celebrar. Coleman se ofusca. El Olímpico de Londres estalla.
Las semifinales de los 100 metros lisos tuvieron como protagonistas a dos velocistas opuestos. El rookie de la velocidad, el norteamericano, es el nuevo diamante del hectómetro; llegó con la mejor marca del año al Mundial y, hasta ahora, sigue siendo el más veloz. Fijó el crono en 9"97, una centésima menos que Bolt.
Puede que haya sido por el Rayo, maestro del suspenso, quien dio una pequeña ventaja para que el estadounidense soñara, sin embargo, arremetió violento y terminó en el segundo puesto del heat y de la semifinal en general.
En menos de dos horas, a las 16.05, el rekortán de la capital británica verá el último episodio de la historia dorada de Bolt. Todo indica que se retirará con un oro, pero quién sabe.