Los bomberos estaban atentos al paso de ráfagas de viento el martes al tiempo que planeaban quemar preventivamente la maleza que ha alimentado el extenso incendio al norte de Los Angeles.
Los vientos hicieron que las llamas ardieran con más intensidad el lunes, por lo que las autoridades debieron posponer sus planes de crear cortafuegos. El objetivo es evitar el paso del incendio hacia el sur para proteger los vecindarios erigidos al pie de la colina en el Valle San Gabriel.
Se esperaba que los vientos llegaran hasta los 40 kilómetros por hora (25 millas por hora) en la noche.
"(Los vientos) están manteniendo la volatilidad de esto", dijo el vocero del Servicio Forestal de Estados Unidos, Stan Bercovitz.
El incendio de 14 días quemó casi 650 kilómetros cuadrados (250 millas cuadradas) a medida que se adentraba en el bosque. Había sido contenido en un 60%.
Dos bomberos han muerto, 11 resultaron heridos y 78 casas, dos edificios de comercios y docenas de otras edificaciones quedaron destruidas. Se espera que el fuego se logre aplacar del todo de aquí al 15 de septiembre.
La policía del condado de Los Angeles continuaba trabajando en la investigación por homicidio que ha sido abierta en torno al incendio. Las autoridades han dicho que el fuego fue provocado, pero no han dado más detalles.
Tedmund Hall y Arnaldo Quiñones, bomberos del condado, murieron en un accidente de su camión el 30 de agosto cuando intentaban encontrar una vía de escape para su equipo luego de que las llamas arrasaran con su campamento.
El vocero policial Steve Whitmore dijo que el camión fue transportado en avión de una montaña a un lugar seguro donde los investigadores podrán examinarlo. La pesquisa en el lugar de origen del fuego, en la Autopista Angeles Crest, ha finalizado.
Entretanto, la ciudad temporal que se levantó para dar refugio, baño y comida a cerca de 4.600 bomberos se trasladaba el martes de un parque en el vecindario Lake View Terrace en Los Angeles a otro cerca de Irwindale al este, más próximo a lo que queda del incendio.