"Cuando era chico, me parecía inconcebible, una traición, que alguien hincha de la UC estudiara en la Chile. Cuando fui creciendo, maduré y, obviamente, me di cuenta de que la pasión del fútbol es irracional, y la elección de dónde estudias es una decisión absolutamente racional. Yo estoy absoluta y eternamente orgulloso de haber estudiado en la Universidad de Chile, que representa el espíritu laico y republicano de la nación, y no en un colegio privado y confesional (en referencia irónica a la PUC). Pero también soy orgullosamente cruzado, hincha de siempre y, en todas las circunstancias, haciendo fuerza por el equipo".

Gabriel Boric (29 años) parece una contradicción en sí mismo, tal como Giorgio Jackson (27). El ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) es egresado de Derecho de esa casa de estudios, pero furibundo seguidor de la UC, el club de fútbol, desde que tiene memoria. Y a la inversa ocurre con Jackson, fanático azul hasta la médula, pero ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), donde se tituló como ingeniero civil industrial.

Ambos se sientan juntos en el hemiciclo de la Cámara de Diputados: Boric como representante de la Región de Magallanes, y Jackson, de Santiago Centro. Ambos hablan de la pasión por el club que siguen, atendiendo el teléfono desde sus respectivas oficinas, en el edificio del Congreso en Valparaíso.

Jackson matiza que "es difícil que los estudiantes creen un vínculo específico con los clubes; uno comienza a ser hincha mucho antes de tomar la decisión sobre los estudios superiores… Por eso, los clásicos o los partidos del equipo se viven, en las universidades, como en cualquier lugar de trabajo, nada muy especial". Por circunstancias personales, no sabe aún con quién ni cómo verá el clásico de hoy, mientras que Boric viajó hasta Punta Arenas para pasar el fin de semana largo junto a su familia, aunque aclara que a menudo va al estadio: "Siempre me ubico en la tribuna Mario Lepe (la de la barra cruzada), nada de Sergio Livingstone (bajo marquesina). Esta semana no podré ir, pero fui a La Florida, al empate con Audax… Hemos estado bien, aunque faltan cosas por corregir, pero el equipo tiene espíritu".

Los dos explican que buena parte del arraigo que logran los equipos depende, además, de factores como la propiedad o estructura del fútbol en Chile. "Sobre  las sociedades anónimas, efectivamente creo que le quitan un componente fundamental de la identidad, ya que puede darse la paradoja que él o los dueños del club no sean verdaderamente hinchas. Y así, muchas veces, es un negocio más, y las decisiones económicas o financieras no son las mismas que benefician necesariamente al club o a su hinchada", afirma Jackson. Matiza que el fenómeno lo sufrió la U: "La Libertadores 2012 podría haber sido nuestra si el club hubiese privilegiado ganar la copa en lugar de maximizar los ingresos". Alude así a las partidas de Eduardo Vargas, Gustavo Canales y Marcos González, titulares del cuadro campeón de la Copa Sudamericana 2011.

Boric, en tanto, coincide en que el arraigo se pierde con la actual estructura, "pese a que antes también los equipos caían en manos de mafias internas de pseudodirigentes". Y resalta los fenómenos que tienden a recomponer el vínculo original con la bases, particularmente en el caso de la U, la UC y Colo Colo. "La gente se está organizando, pero es un proceso lento, de muy largo plazo", sostiene.

Sobre apuestas, nunca han cruzado alguna. "Encuentro que las apuestas públicas de los políticos son muy jugosas, faranduleras… Con Giorgio creo que nunca he apostado, aunque sí con amigos, en privado", concluye Boric.