Un grupo de investigadores de la Universidad de Haifa (norte de Israel) han descubierto una rara planta que crece en el desierto montañoso del Neguev, en el sur del país, y que se riega a sí misma.
La planta, un ruibarbo del desierto conocida como Rheum palaestinum, ya fue clasificada por botánicos locales hace 70 años.
Se caracteriza por su capacidad de adaptación a las duras condiciones climatológicas del desierto gracias a unas hojas especiales anchas, con surcos y canales que son capaces de conducir la más mínima gota o partícula de agua de la lluvia directamente hacia sus raíces.
El medio electrónico ISRAEL21 refiere que se trata de la única planta de su tipo en el mundo, y podría servir a los científicos como prototipo para buscar nuevas vías para el máximo aprovechamiento de la distribución del agua en aplicaciones como la agricultura, especialmente en regiones extremadamente áridas.
Residentes del Neguev dicen que la planta sólo puede encontrarse en Israel y en el vecino reino de Jordania.