Dolió, y mucho. Los hinchas de Universidad Católica, una vez consumada la igualdad ante Iquique, que los dejó sin posibilidad de seguir en la lucha por el Torneo de Clausura, no podían creer lo que estaba sucediendo. Ninguno quería moverse de sus asientos. Evitaban cruzarse con las miradas y, uno que otro, esbozaba una sonrisa nerviosa, como tratando de buscar explicaciones a la farra del cuadro de Salas.
Es que la historia que se vivió en San Carlos de Apoquindo será difícil de olvidar para los cerca de 12 mil fanáticos, que asistieron con la ilusión de dar un paso más hacia la undécima estrella del club de Las Condes. Es cierto que dependían de lo que sucediera en el norte, en el duelo que medía a Cobresal ante Barnechea, pero la fe de un fanático siempre está presente, más aún cuando el equipo viene jugando bien.
En los primeros 45 minutos del encuentro, los locales vivieron un carnaval. El cuadro de Mario Salas se imponía por 3-0 al elenco celeste, sin mayores problemas. Los hinchas, varios con audífonos, se encargaban de informar y comandar las celebraciones de los goles de Barnechea, que complicaban al rival directo por el título: Cobresal.
Sin embargo, luego del descanso, la historia tuvo un vuelco radical. Los dirigidos por Nelson Acosta levantaron su juego y lograron igualar el marcador. El silencio comenzó a apoderarse de las gradas. Los de la franja no podían creer lo que estaban presenciando y, una vez finalizado el encuentro, comenzaron a increpar a sus jugadores, que se retiraron rápidamente.
"Mojen la camiseta. Esto es la UC", gritaba un enfurecido hincha, de cerca de 45 años, que les enrostraba el escudo del club.
El blanco de la ira cruzada fue dirigido hacia uno de sus referentes: Darío Bottinelli. El penal fallado por el 18 cruzado, a los 81', cuando el marcador iba 3-3, podría haber cambiado la historia a favor de la UC. Los hinchas lo saben y, esta vez, no le perdonaron el error a uno de los jugadores que menos rindió durante el primer semestre de Mario Salas.
"Fue un exceso de confianza. No podemos dar una explicación a la hinchada, porque no la hay", decía el argentino. Respecto del lanzamiento que falló desde los 12 pasos, aseguró que "los penales se hacen, y no se hacen. Hoy me tocó fallar".
En los estacionamientos del estadio, sin embargo, las explicaciones no fueron válidas para los cerca de 10 hinchas que lo encararon por el escaso aporte al equipo: "Moja la camiseta. Ándate de la UC", le repitieron, en más de una oportunidad.
El Pollo, lejos de apacigüar la situación, se bajó de su camioneta y lanzó manotazos a los fanáticos. Sólo la rápida acción de Carabineros y guardias evitó que los incidentes pasaran a mayores.
La UC pierde, nuevamente, un título en instancias finales. Ayer, el hincha cruzado mostró su malestar. No es para menos. El estigma y las burlas por complicarse en partidos de definición vuelve a rondar por San Carlos de Apoquindo.