Es una de las estrellas de cine más populares del momento y este año consiguió su primera nominación al Oscar, por El lado bueno de las cosas. Pero en la alfombra roja de ¿Qué pasó ayer? 3, en Río de Janeiro, a Bradley Cooper (38) le siguen haciendo preguntas sobre qué implicó en su vida haber sido elegido "el hombre más sexy del mundo" en 2011. "En la práctica, eso no fue parte de mi vida, es sólo algo que hacen los medios. Pero fue entretenido", responde con una sonrisa que no logra esconder su incomodidad. Y quizás es por eso que al día siguiente, en vez de poner toda su atención a las preguntas de la mesa redonda de periodistas latinoamericanos que han llegado al hotel Fasano, Cooper deja hablar más a sus compañeros de elenco Zach Galifianakis y Ed Helms, mientras juega con un anillo de oro en su mano derecha.
Porque si bien no es maleducado, este graduado del Actors Studio en el año 2000 y que se hizo popular con ¿Qué pasó ayer? -tras roles en Alias, Nip/Tuck y Los rompebodas-contesta casi en piloto automático sobre qué hace a la trilogía que lo hizo famoso, tan popular. "#Creo que todos pueden sentirse identificados con lo que pasa tras una resaca", dice en referencia al título en inglés, o el aporte de la trilogía al cine: "En términos cinematográficos, creo que no se habían hecho comedias de este tipo desde De mendigo a millonario (1983) y las películas de Billy Wilder, y estas cintas lo trajeron de vuelta: son comedias, pero podrían también ser cintas de acción o un thriller".
La atención del actor cambia una vez que le consultan si se aproxima de manera diferente a un rol dramático versus uno cómico. "Para mí no hay diferencia. No se me ocurre una manera distinta de aproximarme a un personaje. Tratas de crear un personaje y hacerlo creíble de manera de que no se vea como que estás actuando", dice. Y agrega: "Las películas que me han gustado más son las que tienen ambos: El francotirador (1978) es un drama, pero tiene 20 minutos de comedia en una secuencia de boda".
Justamente, dice, la identificación con la trilogía explica su éxito: "Me involucro emocionalmente con ellos, siento con ellos y me asusto por lo que hacen. Esa es su belleza".
Es por eso que le interesa hacer este tipo de comedias, a pesar de trabajar con David O. Russell, proyectar ser dirigido por Steven Spielberg en los próximos meses y planear su regreso a Broadway en 2014. "Esos hechos no han cambiado nada. No significan nada más que el que he tenido la oportunidad de trabajar con grandes personas. Y en el caso de David O. Russell, su set era muy parecido a este. Tanto en El lado bueno de las cosas como en American hustle, nos preocupamos de la comedia en cada escena", dice a La Tercera, explayándose: "Creo que los periodistas creen que los actores pensamos que hay diferencias entre una película seria y un drama, eso es muy extraño, porque si hablas con cualquier actor... ¡Me encantaría encontrar a un actor que diga que la comedia es fácil de hacer! Me encantaría hablar con ese actor y pedirle que haga una secuencia de comedia. Pero creo que esa percepción está cambiando y la audiencia está entendiendo que el prejuicio hacia este género no tiene fundamento".
Entre las entrevistas para prensa escrita y TV, Cooper revisa su smartphone apoyado en una muralla. Es en ese momento, cuando está solo, que se ve más accesible y acepta conversar unos minutos. Por ejemplo, acerca de la aparente humildad con que enfrenta su buen momento en Hollywood. En un adelanto del capítulo de aniversario 250 de Inside the Actors Studio, donde sólo se invita a célebres actores y directores, da las gracias al conductor James Lipton por estar ahí y dice estar honrado. Un hecho que fue destacado por E! Online. Sobre eso, pregunta entusiasmado: "¿Ya lo dieron? ¿Es el capítulo donde aparecen Bob (De Niro) y mis compañeros del Actors Studio?", Luego responde brevemente: "Me criaron bien, me criaron bien".
No es la primera vez que habla de su familia en los medios: no esconde que vive con su madre desde que murió su papá hace dos años. Pero tampoco da por sentado el hecho de ser popular. "No, no lo hago. No doy por sentado lo bueno que me ha pasado", comenta antes de que lo llamen a un improvisado set de TV para despedirse y dar las gracias.