Cuando faltan dos años para el inicio del Mundial de 2014, en Brasil lograron poner fin a sus conflictos con la FIFA y trabajan para acelerar la preparación para la Copa del Mundo.
El ministro del Deporte, Aldo Rebelo, dedicó los últimos días a visitar las obras de los estadios en las 12 ciudades que recibirán partidos del Mundial, y se manifestó optimista frente a las posibilidades de cumplimiento del cronograma acordado con la FIFA.
Según el gobierno, la mitad de los estadios estará lista en diciembre: los de Belo Horizonte, Curitiba, Salvador de Bahía, Brasilia y Recife.
La reforma del mítico estadio Maracaná, de Río de Janeiro, designado por la FIFA para recibir las finales de la Copa Confederaciones 2013 y del Mundial de 2014, concluirá en febrero. Para esto, el estatal Banco do Brasil se comprometió a conceder un préstamo adicional equivalente a casi 200 millones de dólares para financiar el resto de las obras.
En Sao Paulo, escenario del partido de apertura del Mundial, el 12 de junio de 2014, las obras del nuevo estadio del Corinthians terminarán recién en diciembre del próximo año, así como las reformas de los estadios de otras cuatro ciudades: Porto Alegre, Natal, Manaos y Cuiabá. Más preocupante es la situación de las obras de infraestructura prometidas para el Mundial, como la modernización y ampliación de aeropuertos y los trabajos de mejoría de movilidad urbana incluidos en la lista de compromisos asumidos por Brasil con la FIFA.