Las denuncias de corrupción en Petrobras y las acusaciones mutuas de "juego sucio" en la campaña fueron hoy la marca del último debate televisivo previo a los comicios presidenciales del domingo, entre la actual mandataria, Dilma Rousseff, y el senador opositor Aécio Neves, difundido por la TV Globo.
Neves, quien según las últimas encuestas llega al final de la campaña en desventaja de entre seis y ocho puntos porcentuales frente a la mandataria, abrió el debate indagando a su rival sobre un reportaje publicado hoy por la revista "Veja", que aseguró que Rousseff y su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva, estaban enterados de la corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Según denunció a la Justicia el ex director de la empresa, Paulo Roberto Costa, un tres por ciento del monto de todos los contratos firmados entre 2004 y 2012 era desviado para financiar a agrupaciones políticas oficialistas, entre ellas el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff.
"Veja", una publicación de oposición al actual gobierno, aseguró en su reportaje que otro participante de la red de corrupción, el cambista Alberto Yousseff, afirmó ante la Justicia que Rousseff y Lula estaban enterados de las irregularidades, pese a que no reveló pruebas de sus afirmaciones.
Rousseff sostuvo que la información de la revista es falsa, e insinuó que "Veja" está "a servicio" de la candidatura de Neves.
"Esta revista, que hace oposición sistemática hacia mí, divulgó una calumnia. Es un intento de golpe electoral. Pero el pueblo no es bobo y sabe que esta información está manipulada, porque no se ha presentado ninguna prueba, y estoy segura que el domingo demostrará su indignación por el voto, derrotando a su candidatura", dijo.
El representante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), por su parte, acusó al Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff de realizar "terrorismo", al repartir panfletos con informaciones falsas sobre su candidatura, y de advertir a los electores más pobres de que serán excluidos de los beneficios sociales si votan por él.
La corrupción volvió a la pauta a través de la pregunta de una electora indecisa, que comparó el problema a "una enfermedad contagiosa" en Brasil y cuestionó a los candidatos sobre la forma de combatir el problema.
"Hay una forma sencilla de eliminar la corrupción en Brasil: sacar del poder al PT", disparó Neves, mientras que Rousseff sostuvo que múltiples escándalos durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, del PSDB (1995-2002) no fueron apropiadamente investigados, lo que permitió que los responsables de las irregularidades sigan "todos en libertad".
Al mismo tiempo, la mandataria aseguró que dictará nuevas medidas para volver más rígidas las leyes brasileñas contra la corrupción: "Tengo un orgullo en mi vida: nunca transigí con corruptos o con la corrupción. Duela a quien le duela condenaré a los corruptos".
Más allá de las acusaciones mutuas sobre corrupción, los dos candidatos repitieron hoy los temas centrales de su campaña.
Rousseff prometió mantener los programas sociales de su gobierno, construir tres millones de viviendas con crédito subsidiado en el marco del proyecto "Mi Casa, Mi Vida" y poner en marcha un duro combate a la inflación, que amenaza con superar el 6,5 por ciento anual, el techo de la meta fijada por el gobierno: "Es mi compromiso el control de la inflación".
Neves, por su parte, también prometió mantener y "perfeccionar" los programas sociales y reactivar la economía brasileña -que este año cerrará con un modesto crecimiento del 0,9 por ciento, según prevé el gobierno- y bajar la inflación.
Según el candidato, de no haber "un cambio radical en nuestra política económica", el país dejará de generar puestos de trabajo: "Con reglas claras, agencias reguladoras eficaces y política fiscal trasparente, aceleraremos el crecimiento de Brasil y generaremos más y mejores empleos".
Al final del debate, Rousseff recordó los avances sociales logrados por Brasil durante los últimos 12 años de gobierno del PT y, dirigiéndose a los electores, concluyó: "No permitamos que esto vuelva atrás".
El senador socialdemócrata, por su parte, recordó a su abuelo, el presidente electo Tancredo Neves -quien murió en 1985, antes de tomar posesión como el primer gobernante civil tras 21 años de dictadura militar- y prometió que, de ser victorioso el domingo, llegará a la Presidencia "con el mismo amor a Brasil y la misma generosidad con los que él nos condujo a la democracia".