Brasil decidió anular US$900 millones de deuda de 12 países africanos, anunció el sábado en Adís Abeba la presidencia brasileña.
"Tener relaciones especiales con África es estratégico para la política exterior brasileña", dijo a la prensa Thomas Traumann, portavoz de la presidenta Dilma Rousseff, al margen de las celebraciones por el 50º aniversario de la Unión Africana.
La presidenta Rousseff se encuentra en Adís Abeba para participar en las celebraciones, en su tercer viaje a África en tres meses.
Entre los 12 países cuya deuda se anuló, la República del Congo era la que mayor deuda tenía, con US$353 millones, y la segunda era Tanzania, con US$237 millones.
Trauman dijo que la iniciativa formaba parte de los esfuerzos de Brasil para impulsar los lazos económicos con África, donde se encuentran algunas de las economías con mayor crecimiento.
Añadió que Brasil había creado recientemente una agencia para apoyar la inversión en la industria y el desarrollo en África y en América Latina.
"La idea es concentrarse en la ayuda brasileña", incluida la agricultura, programas sociales, y el apoyo financiero directo de las empresas brasileñas, dijo.
Rousseff se ha reunido con varios líderes africanos en Adís Abeba, incluido el primer ministro etíope, Hailemariam Desalegn, con el cual firmó una serie de acuerdos de cooperación para la agricultura, la educación, el transporte aéreo y la ciencia.
El interés de Brasil por África se inscribe en una tendencia más general de impulso de la llamada cooperación sur-sur, por la que economías emergentes invierten en países en desarrollo, es decir en África.
La Unión Africana, que cuenta con 54 miembros, es la sucesora de la Organización para la Unidad Africana, creada en 1963 en plena descolonización del continente.
Brasil, uno de los cinco miembros del grupo de países emergentes BRICS, con un Producto Interior Bruto de US$2.425 billones en 2012, es la séptima economía mundial.
La economía brasileña, con una población de 196 millones de personas, prevé crecer un 3,5% este año.