"Brasil está preparado para hacer frente a cualquier problema que pueda ocurrir en la Copa", afirmó días atrás el general del Ejército José Carlos de Nardi. Y no podría ser de otra manera. Con más de 150.000 efectivos desplegados en las 12 sedes del evento deportivo que comenzará hoy en Sao Paulo con la ceremonia y el partido inaugural del certamen entre Brasil y Croacia, nunca un Mundial de fútbol había tenido tantos agentes de seguridad. De hecho, la cifra de uniformados representa tres veces más que las del último campeonato de Sudáfrica, en 2010, donde fueron movilizados 53.000 agentes.
El jefe de la Policía Militarizada de Sao Paulo, Benedito Meira, afirmó ayer que unos 4.000 efectivos van a "garantizar" el orden en los alrededores del Arena Corinthians, donde hoy se realizará la ceremonia de apertura de la Copa. "El plan de seguridad está listo. Creo que ya no es momento de seguir haciendo manifestaciones, ahora tiene que haber un clima de fiesta, la Copa tiene que realizarse, la gente tiene que comprender esto", declaró Meira sobre el dispositivo en torno al estadio popularmente conocido como Itaquerao, en la zona este de Sao Paulo.
Brasil estará blindado a lo largo de todo el torneo en un costoso y complejo operativo de seguridad. A los 57 mil soldados de las Fuerzas Armadas y 100 mil agentes de los diferentes cuerpos policiales instalados en puntos estratégicos de las sedes mundialistas, se sumarán 15 mil guardias de seguridad privados. Además, el subdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia, Ronaldo Belham, anunció que la FIFA reservó un número indeterminado de entradas en cada uno de los 64 partidos para agentes infiltrados entre el público, que informarán de "cualquier ocurrencia" antes, durante y después de los partidos.
Asimismo, según consigna el diario español El País, el operativo militar incluye también la presencia de una fragata, una corbeta y varios barcos auxiliares en las cuatro ciudades marítimas que albergarán partidos: Fortaleza, Natal, Salvador de Bahía y Río de Janeiro. Por si fuera poco, está prevista la instalación de baterías de misiles antiaéreos en las inmediaciones de algunos estadios, entre ellos el mítico Maracaná, donde Chile se medirá con España el próximo miércoles. En total, la inversión en el dispositivo de seguridad alcanza los US$ 895 millones.
A nivel nacional, el megaoperativo estará reforzado por el Centro de Cooperación Policial Internacional, integrado por 220 policías de los 32 países que disputan el certamen, agentes de otros cinco países invitados y tres organismos internacionales (ONU, Interpol y Ameripol).
El objetivo es que ni las protestas sociales ni cualquier otro incidente impida el funcionamiento normal de la Copa. "No creo que se vayan a repetir con la misma intensidad, los problemas con protestas que enfrentamos durante la Copa de las Confederaciones" hace un año, opinó recientemente el titular de Justicia, José Eduardo Martins Cardozo. En la Copa Confederaciones, que se disputó en junio de 2013, se movilizaron 19.400 hombres de las Fuerzas Armadas en las seis ciudades sede del evento, así como 1.120 hombres de las tropas especializadas y 400 militares de comando y control.