La semana pasada, en Bruselas, la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, si bien abogó por el "diálogo" y el "consenso" en Venezuela, pareció minimizar la crisis que vive ese país, al afirmar que "no tiene una situación como la de Ucrania". "No cabe a Brasil discutir la historia de Venezuela ni lo que Venezuela debe hacer, porque eso sería contra lo que defendemos en términos de política externa", agregó la mandataria, cuyo sigilo frente a la situación venezolana -que ya deja 28 muertos- le ha valido fuertes reproches externos y nacionales a su gobierno, según la BBC.

"Brasil está actuando de la peor forma, porque no está revelando liderazgo ninguno", declaró a la cadena británica Luiz Felipe Lampreia, canciller durante el gobierno del Presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso. Similares críticas formuló Feliciano Reina Ganteaume, presidente de Civilis, organización de Derechos Humanos en Venezuela. "El silencio de Dilma Rousseff ha sido realmente decepcionante", apuntó.

Sin embargo, en los últimos días, el gobierno de Rousseff pareciera haber cambiado su postura. Aprovechando su viaje a Caracas para participar de los actos con motivo del primer año de la muerte del Presidente Hugo Chávez, el asesor especial de Asuntos Internacionales de la Presidencia de Brasil, Marco Aurelio García, se reunió con el Mandatario venezolano, Nicolás Maduro, para tratar la crisis. El emisario de Rousseff afirmó que Brasil estaría dispuesto a apoyar al gobierno venezolano en la búsqueda de una solución al conflicto, en caso de que sea invitado, y mencionó que en Caracas ya se consideraba la opción de Unasur. "Es la única instancia que el gobierno de Maduro anunció que aceptaría, en caso de que sea necesaria una mediación", sostuvo García.

Luego, fue la propia Rousseff quien señaló, durante la asunción de Michelle Bachelet, que los cancilleres de los países miembros de Unasur discutirían en Santiago la creación de una comisión sobre Venezuela.

"La cumbre de Unasur podría ser una gran oportunidad para oír la voz de Brasil, una voz continental", señaló el diario español El País. "Lo ideal sería que Brasil respondiera de acuerdo con su peso en la región, buscando consenso para actuar en Venezuela", dijo a ese medio Rubens Barbosa, que fue  embajador en EE.UU., durante el mandato de Fernando Henrique Cardoso.

La cautela diplomática de Rousseff es contraria a la postura de su antecesor, señala Barbosa. "Lula, por ejemplo, fue a conversar con Evo Morales cuando hubo algunas tensiones en Bolivia, durante su gobierno", recuerda. Ahora, Lula le envió una carta a Maduro la semana pasada, donde le dice que "es necesario un diálogo con todos los demócratas que quieren lo mejor para el pueblo".