La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció ayer la creación de cuatro nuevas universidades públicas, 120 nuevas escuelas técnicas y 47 campus universitarios (de instituciones ya establecidas) que se sumarán a la red educativa de ese país en el año 2014. Esta ambiciosa expansión en el sector educacional dará así continuidad al proyecto iniciado por el ex mandatario Lula da Silva durante su gobierno.
La mandataria aseguró que se establecerán dos universidades en el estado de Bahía (centro-norte del país), una en Ceará (noreste) y otra en Pará (norte). La idea es descentralizar la educación y llegar a los sectores más pobres de la población. Por ejemplo, en el estado de Sao Paulo, motor económico del país, se realiza alrededor de la mitad de las investigaciones universitarias de todo el país, pese a que ese estado tiene el 21% de la población brasileña.
Según el diario The Wall Street Journal, el gobierno de Brasil pretende multiplicar el número de graduados. Un estudio de Naciones Unidas divulgado en 2009 dice que, anualmente, se gradúan 428 personas por cada 100.000 habitantes. El gobierno pretende triplicar esa cifra para el año 2020, con un crecimiento anual de casi 11%. Para el mismo año se espera que el presupuesto para ese sector sea el 7% del PIB, cerca del doble del actual.
En los últimos 10 años, Brasil aumentó en más del doble la cobertura en educación superior. En la década de los 90, bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), se disparó la enseñanza universitaria privada, lo cual también hizo aumentar las matrículas. El gobierno de Lula (2003-2011), en cambio, incrementó el acceso a las universidades públicas, que en la actualidad llegan a 102, con más de 140 sedes en diferentes ciudades. Durante el mandato de Lula se crearon en Brasil 14 nuevas universidades públicas.
A esto se suma que, durante la presidencia del ex mandatario, se estableció un parámetro de calidad de la educación superior. Anualmente, todas las universidades (privadas y estatales) son evaluadas y aquellas que presenten bajo desempeño tienen un plazo de dos a tres años para mejorar. Si no, deben cerrar.
Los resultados de este examen nacional de evaluación (llamado Exame Nacional de Desempenho de Estudantes) señalaron que el 90% de las universidades mejor evaluadas son públicas. La Universidad de Sao Paulo, la U. Estadual de Campinas, la U. Federal de Río Grande do Sul, la Universidad Federal de Río de Janeiro y la U. Estadual Paulista Júlio de Mesquita Filho, todas estatales, lideraron el ranking de calidad 2010. Según The Wall Street Journal, ya se han producido casos en los que el Ministerio de Educación ha cerrado entidades privadas (existen más de 2.000 centros de estudios superiores privados en Brasil) debido a los bajos resultados.
El gobierno de Lula, eso sí, entregó incentivos fiscales a las universidades privadas de calidad para que concedan becas a los jóvenes más pobres. Las universidades con fines de lucro están permitidas por ley en Brasil. Sólo tienen que publicar su denominación (de lucro) y pagar impuestos. Sólo las universidades privadas de alguna institución religiosa, como la U. Católica de Río y las llamadas "comunitarias", se declaran sin fines de lucro. Mientras que el sistema de becas que entrega el gobierno de Brasil, llamado "Universidad para Todos", ha beneficiado a 863 mil estudiantes. De ellos, el 67% obtuvo becas con el 100% de financiamiento. Este sistema fue incluso analizado por el Ministerio de Educación chileno.
El sistema educativo público de Brasil cuenta con instituciones federales, regionales y municipales y es gratuito en todos los niveles. La educación básica pública está bajo control de las municipalidades.