Brasil criticó hoy a Estados Unidos por atribuirse competencias propias de instituciones internacionales, en respuesta al informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado que se dio a conocer ayer.
"Ningún país puede atribuirse lo que es propio de organismos multilaterales, a no ser que se crea con una misión civilizadora en el mundo. Si cree eso, debe dar pruebas", dijo Marco Aurelio García, asesor presidencial para Asuntos Internacionales.
García también criticó el hecho de que "un país comience a distribuir certificados de buen comportamiento", algo que destacó que Brasil jamás ha hecho porque considera que no contribuye a mejorar la situación de los derechos humanos en el mundo.
En el informe que el Departamento de Estado entregó este jueves al Congreso se señala que Brasil tiene un grave problema por la violencia ejercida por parte de las fuerzas de seguridad regionales, incluidos asesinatos ilegales y torturas, aunque insistió en exculpar a las autoridades federales de estos abusos.
El documento elaborado por EE.UU. se centra en las "pobres actuaciones" de varios gobiernos regionales que cometieron "numerosos y serios abusos", entre los que se cuentan asesinatos ilegales, excesos en el uso de la fuerza, palizas, abusos y torturas de detenidos y prisioneros.
En ese sentido, el asesor presidencial, una de las voces más autorizadas en política externa del gabinete de Lula, no dudó en reconocer que "existen graves problemas sobre derechos humanos en Brasil".
"Si alguien dice que hay problemas de violencia policial, que tenemos números intolerables de niños muertos y en general de pobres, que la situación de las prisiones es horrible, no está diciendo nada que no sepamos, ni sobre lo que el gobierno está trabajando", agregó.
García trató de explicar la situación por la organización política de su país, en concreto por "la estructura federal en la que las responsabilidades sobre seguridad están compartidas entre la unión, estados y municipios".
No obstante, aunque dijo que el asunto "es tarea para varias generaciones" defendió que han tenido "resultados extraordinarios" algunas de las políticas adoptadas y destacó programas de educación de agentes de policía regionales y la pacificación de algunas favelas en Río de Janeiro.