El Presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, resolvió rechazar el pedido de Italia para extraditar a Cesare Battisti, ex militante de izquierda condenado en su país por cuatro asesinatos en los años 70.
La decisión, anticipada en días pasados, causó molestia al gobierno italiano, y la nota brasileña critica los términos en que se refirió al tema.
Battisti, en prisión en Brasil, integró un grupo de izquierda y sostiene que su condena se debió a un proceso judicial manipulado.
La decisión de Lula, quien mañana entregará el cargo a su sucesora, Dilma Rousseff, se debe a que a su juicio hay "situaciones particulares" que pueden representar riesgos para Battisti, "a despecho del carácter democrático" de los dos países involucrados, es decir Brasil e Italia.
Las autoridades italianas ya se pronunciaron contra la no extradición aún antes de la comunicación formal, en términos que causaron molestia al gobierno brasileño, en particular por "la impertinente referencia personal" a Lula, dijo la nota.