Desde los estudios de la cadena O Globo en Río de Janeiro, se realizó esta noche el último debate presidencial antes de los comicios brasileños que se realizarán el domingo. Las denuncias de corrupción en las empresas estatales, que salpican las campañas políticas, ocuparon parte importante de los ataques cruzados entre los principales candidatos.
"En nuestra campaña yo discutí propuestas para eliminar la corrupción. En el caso de Petrobras, yo despedí al director involucrado en el escándalo y autoricé una amplia y total apertura a investigaciones", respondió Dilma Rousseff interpelada por una de sus contrincantes. "No son las alianzas las que definen los corruptos. Hay corruptos en todos los lugares", agregó.
En tanto, Aécio Neves (PSDB) calificó como "vergonzoso" los escándalos en las "empresas públicas". "Petrobras vive en las paginas policiales", indicó. El candidato prometió que en caso de ser elegido presidente "Petrobras va a ser devuelta a los brasileños. Los bancos públicos no serán perchas de empleo".
Por su parte, Marina Silva, del PSB, interpeló a Rousseff sobre el tema de la autonomía del Banco Central. "La señora (Rousseff) ha hecho una serie de acusaciones sobre la autonomía del Banco Central, que la señora defendió en 2010. ¿Cuál Dilma está hablando ahora?... Está hablando la Dilma de las elecciones y no la Dilma de las convicciones", afirmó.
El debate se realizó pocas horas después de que se difundiera una nueva encuesta de Datafolha que muestra un empate técnico entre Silva y Neves en primera vuelta (24% contra 21%, respectivamente), mientras Rousseff afianza su liderazgo con un 40%. Otro sondeo simultáneo de Ibope otorga a la candidata del PT un 40% de las preferencias, seguida por la abanderada del PSB con 24% y el postulante del PSDB, con un 19%.
En tanto, la medición del instituto Ibope destaca que Dilma está a 3 puntos de lograr la mayoría de los votos válidos. Ahora tiene 47%.