Con un pabellón gigantesco hecho en verde vivo para llamar la atención de los visitantes, Brasil participa en la Expo Shanghai 2010, dispuesto a conquistar aún más clientes en China, que el año pasado superó a Estados Unidos como el principal socio comercial del gigante sudamericano.
"Queremos convertir a Brasil en una plataforma de oportunidades, ampliar la participación de los negocios acá, en especial los de China", afirmó el coordinador de la exposición y presidente de la Asociación Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex), Alessandro Teixeira.
El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva invirtió unos 40 millones de dólares en el pabellón, que fue co-financiado por el gigante brasileño de minería Vale, para el cual China es no sólo el mayor cliente sino también la gran locomotora de su impresionante expansión en los últimos años.
En la última década, las ventas de mineral de hierro a China saltaron de 15 millones a 130 millones de toneladas anuales, y la empresa debió invertir alrededor de 20.000 millones de dólares para aumentar su producción para atender a la demanda siempre creciente de la industria del gigante asiático.
CIUDADES LATENTES
Para lograr sus objetivos, la exposición brasileña bautizada de "Cidades Pulsantes" (ciudades latentes) invita los visitantes a sentir el "latido del corazón" de los centros urbanos del país a través de sus principales manifestaciones culturales -fiestas típicas, fútbol, música y gastronomía-, y destacará los programas ambientales y sociales en marcha en el país.
Instaladas en la entrada del pabellón de 2.000 metros cuadrados, pantallas exhibirán imágenes de las ciudades brasileñas, sus fiestas típicas y las hinchadas en los estadios de fútbol, como forma de crear un ambiente atractivo, que estimule la curiosidad de los visitantes.
El pabellón brasileño estará dedicado a tres temas principales: desarrollo sostenible, diversidad e inclusión social.
Algunas de las salas destacarán las tecnologías adoptadas en el país sudamericano en los campos de vivienda, saneamiento, movilidad urbana y energía limpia, así como los avances de Brasil en el sector de alta tecnología.
Otro sector estará dedicado a los programas de inclusión social realizados por el gobierno Lula con miras a construir "un modelo urbano no excluyente, basado en políticas que impulsan la participación popular en los varios nieles de la administración pública", según afirman los organizadores.
ESPECTÁCULOS MUSICALES
A lo largo de los próximos meses, el pabellón brasileño será escenario de espectáculos musicales, de festivales gastronómicos y de una serie de foros de debate sobre temas diversos.
Los eventos más importantes tendrán lugar el 3 de junio, cuando se celebrará el "día de Brasil" en la Expo Shanghai, en el que estará presente uno de los brasileños más conocidos en China, el escritor Paulo Coelho, cuya obra "El Alquimista" fue traducida a más de 30 idiomas, incluso en mandarín, y quien ha sido nombrado en marzo pasado como embajador del país en la feria.
"Participaré con mucho orgullo, y tengo la certeza de que Brasil exhibirá todo su potencial: un país lleno de ideas y con mucha capacidad para ejecutarlas", expresó Coelho.
Además de los negocios, Brasil desea aprovechar la Expo Shanghai para estimular el turismo, frente a las dos grandes citas deportivas que recibirá en los próximos años: el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Según el presidente de Apex, la Expo Shanghai atraerá a lo largo de los próximos seis meses a hasta 70 millones de visitantes, lo que puede representar un importante "trampolín" para aumentar el número de turistas chinos que vienen a Brasil.
Teixeira afirmó que 44 millones de chinos viajan al exterior todos los años, pero que menos del uno por ciento de ese total se dirige a Brasil, por lo cual existe un amplio mercado por conquistar.