El juicio de destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, podría concluir después que terminen los Juegos Olímpicos y no en pleno evento deportivo como se estimaba, publicó este miércoles el diario O Globo.
El cronograma aprobado la semana pasada por el Senado señala que la votación final para decidir si Rousseff permanece o pierde definitivamente la presidencia podía ocurrir cerca de la fecha del cierre de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, que se disputarán entre el 5 y el 21 de agosto.
Pero la sesión donde se dictará sentencia no ocurrirá antes del 26, publicó el diario citando sin identificar a asesores del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, que conduce esta fase del proceso en el Senado.
La AFP tomó contacto con portavoces del tribunal supremo y del Senado pero no confirmaron la información.
La mandataria izquierdista fue suspendida de sus funciones el 12 de mayo y está siendo juzgada por el Senado por presunta manipulación de las cuentas públicas en 2014, año de su reelección, y a inicios de 2015.
El proceso fue abierto en diciembre del 2015. Tras pasar por ambas cámaras del Congreso se encuentra en la fase de instrucción: recolección de pruebas, presentación de testimonios y otras diligencias por parte de una comisión especial del Senado, que es asesorada por el presidente de la Corte Suprema.
Esta comisión concluirá sus trabajos a inicios de agosto, cuando elaborará una recomendación que someterá luego al plenario de la Cámara alta. Según lo previsto, la votación de esa recomendación tendrá lugar el 9 de agosto y, para avanzar, deberá cosechar en el plenario de 81 senadores al menos 41 votos (mayoría simple).
De aprobarse la continuidad del proceso, en un plazo estimado entre diez y quince días deberá agendarse la fecha del "juicio final", que determinará si Rousseff es destituida definitivamente. Para eso, se requiere una mayoría especial de 54 votos (dos tercios), o el caso es archivado.
La fecha será programada por el presidente de la Corte Suprema.
Mientras sus detractores la acusan de violar la Constitución mediante el manejo irregular de las cuentas públicas, Rousseff sostiene que el impeachment es un "golpe" orquestado por sus opositores y exaliados de centro-derecha para tomar el poder sin acudir a las urnas.
Si Rousseff es destituida, su vicepresidente -y exaliado- Michel Temer completará el mandato hasta el 2018.