Mauricio Heriberto Figueroa Agurto es uno de los chilenos más buscados por Interpol. La razón: según el sitio web del organismo, tiene que entrar a cumplir sentencia en Brasil por el delito de "asociación transnacional criminal y financiamiento para el tráfico ilícito de drogas".
La oficina brasileña de esta policía internacional mantiene una alerta de búsqueda internacional para dar con su paradero. Se le acusa de haber participado en una red que involucró a narcotraficantes de cuatro países latinoamericanos, los que buscaban poner en el mercado de Holanda casi media tonelada de cocaína durante 2007.
En el sitio web de Interpol se detalla una serie de antecedentes de Figueroa: es oriundo de Valparaíso, tiene 55 años y describe físicamente que sus ojos y pelo son de color castaño.
Además, en el portal hay publicadas tres fotografías de referencia. Dos de ellas son tomas hablando por teléfono celular y la tercera es una reproducción de su pasaporte.
De acuerdo a un documento emanado por el Tercer Tribunal de Sao Paulo, él junto a otros 12 sujetos participaron en agosto de 2007 de la "Operación San Francisco", que buscaba internar 484 kilos de cocaína en Holanda.
El texto explica que el traslado de la droga partió en Bolivia, donde fue adquirida. Luego fue llevada hacia Foz de Iguazú (Brasil) y de allí a la estancia "Valentín" de Salto (Uruguay), donde iba a ser enviada en cajones de fruta a los Países Bajos.
Para desbaratar la banda trabajaron las policías de nueve Estados latinoamericanos y europeos.
Al respecto, el tribunal brasileño describió el rol del chileno, junto con el de Krishna Koemar Khoenkhoen y Dual Angel Andrés Parra, como "personas claves para la organización y ejecución de las acciones del grupo, y que realizó un papel clave en el esquema en el día de la incautación".
Además, en el marco de las indagatorias de la "Operación San Francisco", la Policía Federal de Brasil estableció que Figueroa mantendría un vínculo con el narco colombiano Juan Carlos Abadía, pues una de las mansiones que tenía en el barrio de Santa Catrina estaba a su nombre.
A pesar de existir las órdenes de detención, no fue capturado y se desplazó por varios países, según información no oficial de la policía.
SIGUEN LA PISTA
En Chile, Mauricio Figueroa no tiene ningún requerimiento pendiente por la justicia. El único antecedente que posee es una condena por conducción en estado de ebriedad, luego de ser controlado por Carabineros de Salamanca, en 2012. Tras un procedimiento simplificado, cumplió 51 días de reclusión nocturna en el Centro de Prisión Preventiva de Limache, según lo señala un documento proporcionado por Gendarmería, cuya fecha es de agosto de 2012. Su abogado en ese caso, Oscar Gamonal, comentó que desconocía que era buscado por Interpol y que dejó su representación luego de una serie de desavenencias.
En tanto, desde la familia de Figueroa Agurto afirmaron no saber de su paradero, argumentando que hace más de 15 años que no lo ven. "Recorrimos Europa juntos, pero luego perdimos su huella", comentó un cercano.
En Chile, la policía está investigando los datos que puedan dar con su paradero. Aunque no hay certeza de que permanezca en el país, la condena que cumplió puede ser un elemento importante para dar con su detención: entre los antecedentes que entregó se encuentra la dirección de un domicilio.
Si se llega a confirmar su presencia en Chile, Brasil podría iniciar los trámites formales para pedir una eventual extradición.