El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Miguel Jorge, confirmó que el Gobierno brasileño decidió exigir licencias no automáticas sobre algunos productos importados de Argentina, pero negó que se trata de una represalia por medidas semejantes del país vecino.

El ministro confirmó que Brasil comenzó a exigir desde la semana pasada en las aduanas las licencias no automáticas de importación para un grupo de productos argentinos que se abstuvo de especificar.

"La expectativa es que las importaciones argentinas demoren ahora un poco más (con las licencias no automáticas)", afirmó el funcionario al ser interrogado sobre las reclamaciones del país vecino por los camiones que están retenidos en la frontera.

Hasta entonces, las importaciones desde el principal socio de Brasil en el Mercado Común del Sur (Mercosur) ingresaban como si tuviesen licencias automáticas, por lo que esa documentación no era exigida en las aduanas.

La medida es semejante a una que Argentina impone desde hace poco más de un año sobre varios productos brasileños, a los que se les exige licencia no automática de importación antes de ingresar al país vecino.

Las restricciones argentinas eran objeto de críticas de los empresarios brasileños y, pese a que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva llegó a anunciar a comienzos de este año que adoptaría el mismo procedimiento, finalmente se abstuvo de hacerlo.

El anuncio hecho en enero y que finalmente no entró en vigor exigía licencias no automáticas para la importación sobre 17 diferentes sectores, como plásticos, caucho, hierro, acero, bienes de capital, máquinas y aparatos eléctricos.

Jorge se abstuvo de aclarar si las restricciones que comenzaron a regir la semana pasada se aplican sobre ese mismo grupo de productos y de especificar cuáles productos argentinos serán afectados por el restablecimiento de las licencias no automáticas de importación, que el Gobierno brasileño demora entre 30 y 60 días en conceder.

Según fuentes argentinas, la decisión brasileña afecta a productos como ajo, vino, harina de trigo, aceitunas, aceites, alimentos elaborados y comida para animales.

La restricción brasileña entró en vigor sin haber sido anunciada públicamente, por lo que sorprendió a varios exportadores argentinos y al propio Gobierno del país vecino, que convocó al embajador brasileño en Buenos Aires, Mauro Vieira, para explicar la medida.