El gobernador del Banco Central de Brasil, Alexandre Tombini, rechazó hoy ante el FMI el "exceso de pesimismo" generalizado ante la ralentización de las economías emergentes y afirmó que buena parte de estos países cuentan con suficiente "preparación" para afrontar los nuevos retos.

"Hace un tiempo había un exceso de euforia y ahora quizás un exceso de pesimismo", dijo Tombini ante el encuentro del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI) con el que el Fondo Monetario Internacional cerró hoy su reunión anual en Washington junto al Banco Mundial.

"Este nuevo pesimismo no tiene en cuenta nuestra preparación, nuestra larga experiencia con 'paralizaciones repentinas' y con fundamentos muy mejorados", subrayó.

Parte de ese pesimismo se debe a la "volatilidad" que los expertos vinculan con la prevista retirada del programa de estímulos de la Reserva Federal estadounidense (Fed) del que todos estos años se han beneficiado los mercados emergentes, que recibieron masivos flujos de capital que ahora se aprestan a volver, una de las razones de la ralentización del crecimiento de estos países.

Junto al cierre del gobierno estadounidense y la amenaza de que caiga en default de no lograr aumentar el techo de la deuda por la fuerte disputa política interna, la desaceleración del crecimiento de las economía emergentes ha sido la principal preocupación del encuentro del FMI que acaba este sábado.

Según la última edición de las Perspectivas de la Economía Mundial que publicó el FMI esta semana de cara a su reunión anual, las economías emergentes crecerán éste y el próximo año sólo un 4,5% y un 5,1%. En julio, la estimación era todavía 5,0% y 5,4%, mientras que en abril fue incluso del 5,3% y 5,7%, respectivamente.

"La atención se centra ahora en las economías de los países emergentes", dijo el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, al presentar el martes el informe.

Tombini reconoció hoy que los emergentes, Brasil en particular, "van a tener que afrontar una inestabilidad financiera durante y después" de la retirada de los estímulos de la Fed -como su compra masiva de bonos- a la par que lidian con los "desequilibrios externos y dinámicas de deuda con un crecimiento menor y vientos de cola menos fuertes".

Pero, subrayó, ello no quiere necesariamente decir que los emergentes que durante los últimos años fueron los motores de la economía global vayan ahora a caer en crisis, como sucedió en épocas anteriores en regiones como América Latina.

"Creemos que estos desafíos no son razón suficiente para lanzar una visión pesimista generalizada sobre todos los emergentes", subrayó.

Brasil, por una parte, tiene "fuertes amortiguadores" que podrán "mitigar los riesgos", sostuvo. Y la desaceleración para China podría incluso ser algo parcialmente "positivo", agregó, porque un gigante asiático que avance hacia un modelo de crecimiento más sostenible es "una buena noticia para toda la economía mundial, que se haría más robusta con esta contribución a precios de materias primas más bajos y estables", apuntó.

"Los emergentes en general y Brasil en particular están más preparados que lo que actualmente se dice para navegar bien por esta transición y para alcanzar un patrón de crecimiento que será fuerte y sostenible en el futuro próximo", aseveró el brasileño.