El Tesoro estadounidense reveló que Brasil es el país cuya apuesta por la deuda soberana de Washington más creció en el último año, sólo después de China.
Según datos hasta mayo, Brasil tenía más de US$211.400 millones en títulos de deuda pública estadounidense, dos tercios de sus reservas internacionales, que ascienden a US$340.000 millones.
La cifra supone un 33,6% más que en los doce meses anteriores y pone al gigante sudamericano como quinto acreedor de Washington, sólo por detrás de China (que tiene US$1,6 billones), Japón, Reino Unido y un grupo de exportadores de petróleo entre los que están Ecuador y Venezuela.
En diciembre de 2004, las reservas de Brasilia eran US$50.000 millones y disponía de US$15,2 millones en títulos de deuda estadounidense. Tres años después, esas cifras eran de US$178.000 millones y US$129.000 millones respectivamente.
Esto muestra una clara apuesta brasileña por la deuda soberana estadounidense que se da, sin embargo, en un momento en que crece la tensión sobre la posibilidad de una suspensión de pagos mientras el gobierno de Barack Obama negocia con la mayoría republicana en el Congreso una subida del techo de endeudamiento.
EL RIESGO
La misma tendencia de crecimiento se ha registrado entre otros de los grandes acreedores estadounidenses, por ejemplo, China. Y eso, pese a que ya desde el pasado 16 de mayo el gobierno había advertido de la necesidad de aumentar el techo de endeudamiento (US$14.300 billones) por el riesgo de suspensión de pagos después del 2 de agosto.
Según analistas, esa tendencia puede indicar que los papeles del Tesoro de EE.UU. siguen siendo atractivos incluso a pesar de la preocupación por un posible default, expresadas incluso por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las agencias de clasificación de riesgos, o la evidente división en el seno del Congreso entre demócratas y republicanos a la hora de resolver si aumentar el máximo legal de deuda.
"Estados Unidos no va a perder su consideración de puerto seguro por sobrepasar al corto plazo el techo de deuda", le dijo a la BBC el economista Gregory Daco, de la consultora IHS Global Insight.
Así como otros economistas, Daco apuesta por un acuerdo antes del 2 de agosto, con lo que se evitaría que Washington deje de cumplir compromisos financieros.
Mientras tanto, el impasse del Congreso ya llevó a las agencias de calificación de riesgos a alertar sobre la posibilidad de una rebaja de la nota dada a EE.UU., que hasta el momento es la máxima.
Tanto Standard & Poor's como Moody's pusieron en revisión la nota de Washington para rebajarla en caso de que el Congreso no autorice el aumento del techo de endeudamiento.
Esta semana, la agencia Fitch se sumó a las advertencias de que "en la hipótesis poco provable de que el techo no sea elevado antes del 2 de agosto" pondrá la clasificación estadounidense en observación negativa.
Frente a todo este movimiento, China se posicionó la semana pasada diciendo que espera que la administración de Barack Obama adopte "políticas responsables" para garantizar los intereses de los acreedores.
CRECIMIENTO
Según Daco, incluso aunque no se alcance a tiempo un acuerdo en el Legislativo, la clasificación de EE.UU. ya ha sido de facto rebajada y es difícil calcular el efecto negativo que esto tendrá entre los acreedores.
"Los inversores deberían encontrar alternativas en las que colocar su dinero. En el caso de Brasil, el quinto mayor acreedor, no creo que simplemente vaya a retirar sus solicitudes de bonos de un día para otro", comenta el economista del IHS.
"Una solución sería reorientar esas inversiones a otros activos más seguros. Podría citar el oro o los títulos de otros países, como Alemania", agrega.
Mientras tanto, en un momento en que los europeos se enfrentan a una crisis de credibilidad respecto a su deuda, muchos con sus clasificaciones ya rebajadas, resulta cada vez más difícil encontrar alternativas.
El analista Daco cree que en la hipótesis "improbable" de que el techo de deuda no sea aumentado antes del límite, eso se haría inmediatamente después para resolver el problema a corto plazo.
E incluso en medio de las dudas y el impasse del Congreso, Daco dice apostar porque las inversiones en los títulos del Tesoro estadounidense van a continuar creciendo y eso se comprobará cuando se conozcan los datos de junio. "En julio ya veremos qué pasa, pero tiendo a pensar que no debe haber grandes cambios".
Según el economista, el ritmo lento de la recuperación económica de EE.UU. tras la crisis mundial, junto a las recientes tensiones en Oriente Medio y el Norte de África, la crisis de deuda en Grecia y los problemas de otras economías europeas contribuyeron a un ambiente de poca certeza en el mercado financiero. Y en periodos así, en opinión de Daco, los títulos del Tesoro son la alternativa más segura.
"Todo eso llevó a los inversores a buscar seguridad en los títulos del Tesoro de EE.UU.", dijo el analista.
"En este momento, los inversores no están preocupados con el techo de la deuda. Ellos están más preocupados con el crecimiento".