Este domingo se cumplirán 460 años de la fundación de Sao Paulo. Junto con los festejos organizados para la ocasión, cientos de personas podrían tomarse algunas calles de esta ciudad brasileña para protestar contra el Mundial de Fútbol 2014, bajo el lema "No habrá Copa". Hasta ayer, más de 19.000 personas habían confirmado su asistencia al evento, que será replicado en paralelo en otras 36 urbes de Brasil, incluidas las 12 sedes mundialistas. Se trata, según explican sus organizadores en redes sociales como Facebook y Twitter, del primer acto nacional del año contra la realización del megaevento futbolístico, que comenzará el próximo 12 de junio, precisamente en Sao Paulo.
Entre los motivos esgrimidos hay reclamos contra la violencia, la corrupción, los gastos en la organización del Mundial, la escasez de servicios públicos y los problemas en la educación y en la red de salud, entre otros. En Río de Janeiro los manifestantes están convocados a las 19 horas frente al hotel Copacabana Palace, ubicado en la costanera de la famosa playa carioca. Los paulistas, en tanto, se reunirán a las afueras del céntrico Museo de Arte de Sao Paulo. En Fortaleza, se congregarán frente a la estatua de Iracema.
De acuerdo con el diario argentino Clarín, la convocatoria sabatina ha preocupado al gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff, que ya en 2013 enfrentó grandes y a veces violentas movilizaciones ciudadanas mientras Brasil era anfitrión de la Copa de Confederaciones, considerada una especie de ensayo para la cita que comienza en cinco meses. Al igual que ahora, entonces las consignas no sólo eran contra el elevado costo de las citas deportivas (en 2016, Río, además, será sede de los Juegos Olímpicos), sino que también en demanda de mejoras sociales. El alza del pasaje en el transporte público paulista fue la chispa que encendió un movimiento ciudadano que no fue extinguido y que ahora amenaza con resurgir con fuerza.
Según la directora del Instituto Brasileño de Turismo (Embratur), Leilla Holsbach, con motivo del Mundial arribarán a Brasil al menos 600 mil turistas extranjeros. Para resguardar su seguridad y la de los brasileños que se trasladarán de un lugar a otro para ver los partidos, el gobierno prepara la instalación de 12 centros de comandos locales y dos nacionales (uno en Río y el otro en el Ministerio de Defensa), para "unir todas las fuerzas involucradas en el gran evento internacional, sean fuerzas policiales, policías de tránsito, equipos de asistencia médica y bomberos, explicó a la agencia AP Vais Gomez, de la empresa Agora Telecom, integrante del consorcio que trabaja en el proyecto.
Además y de acuerdo con el documento Garantía de la Ley y el Orden, elaborado por el Ministerio de Defensa, también se contempla la posibilidad de que las Fuerzas Armadas sean movilizadas para restituir el orden en caso de disturbios en que participen "movimientos u organizaciones... criminales, traficantes de drogas", entre otros, consignó la agencia Ansa. Las FF.AA. -aclara el texto- sólo podrán ser convocadas por los gobernadores que así lo requieran y con la autorización de la Presidenta Rousseff. El ministro secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, ha recalcado que el plan A de Rousseff es evitar que protestas violentas pongan en peligro el Mundial. Por ello, el gobierno está dialogando con los diversos actores sociales que podrían convocar a manifestaciones.
A las protestas se ha sumado en las últimas semanas el fenómeno rolezinho (paseíto), consistente en coordinadas y masivas reuniones de jóvenes en centros comerciales, los cuales colapsan, sin que necesariamente se cometan delitos.