Parecía que el City y Claudio Bravo por fin tendrían una jornada tranquila ayer cuando enfrentaron al Tottenham (2-2). El equipo jugaba bien, ganaba 2-0 y el arquero chileno, sin trabajo hasta ese momento, veía como las críticas apuntaban al arco de enfrente. Hugo Lloris falló clamorosamente en los dos tantos locales: primero, a los 48', erró en un despeje de cabeza, no le dio al balón, y permitió que Sané definiera a puerta vacía; y luego, a los 52', se le escapó un centro desde la derecha que De Bruyne solo tuvo que empujar. Pero la calma sólo parecía. Al final llegó la debacle. Otra vez.
Las desconcentraciones de fechas anteriores volvieron al equipo de Guardiola y, con ellas, la igualada visitante. Un centro desde la derecha llegó a la cabeza de Dele Alli y el británico descontó en el primer remate a puerta de los Spurs. 57 minutos. Y en el 76', el surcoreano Heung-Min Son puso el empate definitivo con un tiro cruzado (tras recibir una dejada de Kane en fuera de juego) y, de paso, acrecentó el mal momento estadístico de Claudio Bravo en la Premier. El chileno volvió a recibir la misma cantidad de goles que disparos al arco, aunque no tuvo culpa en ninguno de ellos.
Los Ciudadanos tuvieron 13 remates, cinco a portería, y dominaron la posesión con un 52 por ciento. Pero no pudieron plasmar esa superioridad numérica en el marcador ante un Tottenham que realizó tres disparos, sólo dos entre los tres palos. Y reforzó el murmullo inglés de que tiro que va al arco del City acaba en gol.
De los últimos 24 disparos a puerta que ha recibido el chileno, 16 terminaron en gol. Y la última fila es escalofriante: los últimos seis remates de sus rivales han llegado a las redes, los cuatro del Everton (0-4) y los recientes dos del Tottenham.
Las intervenciones de ayer del criticado portero se limitaron a salidas al borde del área para cortar imprecisos pases en profundidad. Además de su conocida función con los pies, ítem en el que tuvo una correcta actuación.
Para encontrar el último tiro a puerta que contuvo el oriundo de Buin en Inglaterra hay que remontarse al 2 de enero. Fue en el tiempo agregado del partido contra el Burnley (2-1). El meta se estiró al máximo para sacar por encima del travesaño, a mano cambiada, un remate que significaba el empate de la visita. Una proeza. Desde entonces han pasado 20 días.
Período en el que el City ha jugado tres partidos, manteniendo su arco en cero sólo en uno, justamente en el que Bravo no participó. Fue el 0-5 frente al West Ham por Copa FA con el argentino Willy Caballero en la portería y con gran actuación.
La prensa británica y los hinchas del City piden que el argentino reemplace al chileno en Premier y Champions hace ya tiempo. El City se queda cada vez más lejos de la punta. Y Bravo agranda su tormento en Manchester.