En 2010, un hombre tenía una expectativa de vida de 76 años al momento de nacer. Sin embargo, los que nacieron sólo dos años después aumentaron esa esperanza en un año más, llegando a 77 años, según indican las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Un importante avance, si se considera que en el mismo período las mujeres se mantuvieron en 82 años. Ese progreso masculino estrecha por primera vez la brecha entre géneros a cinco años, la cifra más baja en 22 años. En 1990, la diferencia en la esperanza de vida era de siete años; en 2000 pasó a 6,4; en 2010, a 6,1, y en 2012, a 5,24 años.

PAISES DESARROLLADOS

En todos los países se repite un patrón demográfico: las mujeres viven más que los hombres. La razón, dice Roberto del Aguila, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Chile, es que ellos tienen más probabilidades de morir en los primeros meses de vida. Pero, además, ellas tienen a su favor que, mientras están en etapa reproductiva, los estrógenos protegen su corazón y sufren menos infartos al miocardio. "Además, por un tema cultural, son más propensas a buscar apoyo médico y pueden ser fácilmente diagnosticadas en etapas iniciales. Eso hace que siempre, en todos los países, su expectativa de vida sea mayor que la de los hombres", dice.

Pero en los países desarrollados, donde la esperanza de vida supera los 78 años, es normal que la brecha entre mujeres y hombres comience a reducirse, dice el experto de la OPS. Eso sí, nunca desaparece. "Llega un momento en que la expectativa de vida muestra un crecimiento muy lento año a año", agrega.

Es lo que pasó este año en Inglaterra, donde la brecha llegó a menos de cuatro años. Chile estaría en ese mismo momento. ¿Por qué?

CAMBIOS EN ESTILO DE VIDA

Jorge Jiménez, del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica, explica: "Es probable que los hombres se estén portando mejor, en el sentido de preocuparse más de su salud, tanto en términos de prevención como de promoción. Consultan más oportunamente cuando tienen un problema y están siendo mejor atendidos en cuanto a enfermedades que ocurren en el último tercio, sobre los 50 años".

Gracias al Auge, agrega, se ha comprobado que hay enfermedades que han comenzado a disminuir en el hombre, como el infarto al miocardio, una de las principales causas de muerte en adultos y adultos mayores.

Pedro Paulo Marín, jefe del Departamento de Medicina Interna-Geriatría de la UC, comparte la mirada. "Saben que la prevención y el cuidado de sus enfermedades traen beneficios y las mujeres, a pesar de todo, siguen fumando, por lo que no han podido aumentar en este tiempo. Además, ellas tienen más osteoporosis, osteoartrosis y obesidad; hay más mujeres gordas que hombres gordos", dice.

¿LLEGARAN A LOS 80?

Alejandra Fuentes, socióloga de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, señala que la mayor sobrevida en el país muestra que se ha reducido la mortalidad infantil. "Pero, además, hay un mayor aporte de adultos mayores de 75 años que hace una década". Un dato que está claramente reflejado en las cifras del INE: si en 2002 el 2,2% de los hombres tenía 75 años o más, hoy esa cifra alcanza el 2,8%, y se estima que para el 2015 alcance el 3,2%.

También incide el hecho de que las mujeres estén topando techo con la edad, dice Jorge Jiménez. "No pueden arrancar más, no es una carrera infinita. Se va estrechando la brecha porque las mujeres tienen poco espacio para mejorar y así los hombres tienen espacio para acercarse a ellas".

La pregunta es si la población masculina logrará superar la barrera de los 80 años, esperanza de vida que las mujeres chilenas alcanzaron hace 13 años.

El experto de la UC dice que para ello deberían bajar sus tasas de tabaquismo y reducirse las muertes por violencia que impactan a jóvenes y adultos jóvenes. "El alcoholismo también es un factor y es posible que esta brecha se pueda estrechar un poco más", agrega Jiménez.

Ahora, cada año que hombres y mujeres sumen implica desafíos médicos y sociales. En el caso de los hombres, Marín indica que podría obligar a ajustar las pensiones. "Desde el punto de vista de salud, no es lógico jubilarse o pensionarse a los 65 años". Esto, considerando que los hombres están viviendo actualmente 12 años más en promedio. "La edad de pensionarse debería ser flexible o aumentarse dos o tres años. Lo lógico, desde el punto de vista de salud, puede ser 10 años. Es mucha gente útil, quedan muchos años mentalmente activos y con experiencia", concluye.