El autor confeso de las masacres de Oslo y Utoya de julio pasado, en que murieron 77 personas, Anders Behring Breivik, ha enfrentado 18 interrogatorios policiales con una duración conjunta de unas 130 horas. Asi lo detalla el diario noruego VG, que revela fragmentos de las comparecencias del ultraderechista.
Según este medio, Breivik quiso volar por los aires la oficina del primer ministro de ese país escandinavo, Jens Stoltenberg. Al fracasar el intento decidió trasladarse a Utoya para cometer una masacre.
Breivik ha confesado en los mismos que sus objetivos prioritarios eran la antigua primera ministra Gro Harlem Brundtland, el titular de Asuntos Exteriores, Jonas Gahr Store, y el presidente de las juventudes socialdemócratas (AUF), Eskil Pedersen, a los que calificó de "traidores de la categoría A".
El diario, omite, sin embargo, detalles sobre las declaraciones hechas por el ultraderechista a la hora de describir la masacre cometida en la isla.
El director del rotativo, Torry Pedersen, explica que su decisión de hacer públicos fragmentos de los interrogatorios se debe a que la opinión pública tiene derecho a "escuchar la voz y las palabras elegidas por Breivik" para explicar su actuación.
Sin embargo, los familiares de las víctimas de los atentados han criticado reiteradamente desde el verano la publicidad gratuita que los medios ofrecen a la ideología de Breivik. Durante la primera vista pública contra el imputado el pasado lunes, en la que se prolongó su previsión preventiva, el juez Torkjel Nesheim impidió a Breivik dirigirse a los familiares de las víctimas presentes en la sala y aprovechar la oportunidad para exponer sus ideas.