El autor confeso de los atentados de Oslo y Utoya el año pasado, el ultraderechista Anders Behring Breivik (33), se enfrascó hoy en una discusión con los fiscales sobre el tiempo dedicado a un videojuego y se negó a contestar.
"Ahora voy a apagar el micrófono. Puedes hacer preguntas, pero no voy a responder más", dijo Breivik, visiblemente molesto, durante el juicio en Oslo, según la televisión noruega NRK.
Breivik defendió que su afición por el juego "World of Warcraft" no tenía ninguna relevancia en el caso y que era un hobby, y acusó a los fiscales de querer "ridiculizarlo" para poder "deslegitimar" así sus ideas políticas, algo a lo que él no quiere contribuir.
"He visto casos de terrorismo suficientes. Es una estrategia usual hacer que el acusado parezca malo y patético", afirmó Breivik, quien asesinó a 77 personas en un doble atentado.
Breivik ha asegurado con anterioridad que en 2006, cuando se mudó a casa de su madre, decidió darse un regalo de "mártir" para jugar de forma intensa -hasta 16 horas al día-, y que luego se concentró en la redacción de su manifiesto ideológico y a preparar los atentados.
Pero los datos aportados hoy por Mats Hoyem, de la Policía de Oslo, revelan que Breivik siguió jugando de forma intensiva durante períodos concretos en los años siguientes, aunque hizo también pausas prolongadas de varios meses.
Así, entre noviembre de 2010 y febrero de 2011, Breivik dedicó al juego una media de casi siete horas diarias, y algunos días, hasta 17 horas.
Un joven de 26 años que dirigía uno de los grupos de juego en los que participó Breivik y que mantuvo estrecho contacto "virtual" con él durante años, lo calificó de "tranquilo, humilde, inteligente y con conocimientos"; una persona que "respetaba la autoridad y la ejercía cuando era necesario", además de ser apreciado por el resto.
Aunque hablaban de otras cosas, el joven no recordaba que Breivik hubiera dicho que estaba escribiendo un manifiesto, como asegura.
El fiscal Svein Holden justificó en una conferencia de prensa posterior su insistencia por preguntar a Breivik por el juego de rol, porque ese aspecto es importante para averiguar cuánto tiempo dedicó en realidad a preparar los atentados y a redactar el manifiesto, dijo.
La posible ludopatía de Breivik puede ayudar además a esclarecer el asunto central del juicio: si es o no un enfermo mental que se encontraba en estado psicótico cuando cometió los atentados y si por tanto puede ser declarado o no penalmente responsable.
En la parte final de la vista se supo que la madre de Breivik ha retirado su permiso para que sea difundido en el juicio un informe psiquiátrico practicado a su hijo cuando éste tenía 4 años y la familia atravesaba serios problemas.
El tribunal deberá tomar una decisión antes del viernes, día previsto para que testifique el psiquiatra que hizo el informe.