El primer ministro británico, Gordon Brown, reiteró hoy en un discurso su compromiso con la misión militar en Afganistán y subrayó que el Reino Unido no puede dejar el país asiático porque comprometería la seguridad nacional.
"Cuando la seguridad de nuestro país está en juego no nos podemos marchar", dijo Brown en un esperado discurso en la sede del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, horas después de uno de los principales asesores del ministro de Defensa dimitiera por su desacuerdo con la estrategia del Gobierno hacia Afganistán.
El primer ministro manifestó que el Reino Unido "está haciendo lo correcto" en Afganistán desde que comenzó la misión internacional en 2001 y que el fuerte incremento de las bajas entre el contingente británico en los últimos meses no cambia su opinión.
"Cada vez que me pregunto si estamos haciendo lo correcto estando en Afganistán y si podemos justificar el envío de nuestros hombres y mujeres para luchar en esta causa, mi respuesta ha sido siempre sí", indicó el líder laborista en una larga intervención.
Brown no puso plazos a la duración de la presencia militar en el país asiático, pero si describió cuando se considerará cumplida la misión: "habremos tenido éxito cuando nuestras tropas regresen a casa porque los afganos están haciendo el trabajo ellos mismos".
El mandatario británico explicó que la razón de ocupar militarmente Afganistán es hoy la misma que en 2001, garantizar que los talibanes no estén en el poder y que Al Qaeda no convierta el país en centro de organización de atentados en todo el mundo.
Esa lucha continúa en zonas de Afganistán y en la zona fronteriza de Pakistán, donde han encontrado refugio los talibanes y Al Qaeda, y lo novedoso en este combate es que "hay una colaboración transfronteriza" para terminar definitivamente con esta amenaza.
Brown salió al paso de las criticas al Gobierno por equipar insuficientemente a las tropas británicas que en los últimos dos meses han sufrido 41 bajas y prometió que "nuestros hombres y mujeres tendrán los recursos adicionales que necesitan para su seguridad, para luchar y para tener éxito en sus operaciones".
En el discurso no hubo referencia directa a la dimisión de Eric Joyce, diputado laborista y secretario parlamentario privado del ministro británico de Defensa, Bob Ainsworth, quien criticó la estrategia del Gobierno y se quejó de que, entre los europeos, sean los militares británicos los que están pagando el precio más alto.
Joyce, cuya dimisión es la primera en el Gobierno de Brown en relación con la guerra de Afganistán, argumentó que el Gobierno ya no puede justificar la muerte de soldados "refiriéndose sencillamente al riesgo de más terrorismo en nuestras calles".