Desde el estreno de la cinta original en 1988, John McClaine, el famoso personaje encarnado por Bruce Willis en la saga Duro de matar, ha puesto a prueba sus golpes de puño y el manejo de las armas. Pero también ha dejado al descubierto sus sentimientos y conflictos familiares en casi todas sus películas. Si en el primero y segundo de sus filmes combatió terroristas para proteger a su esposa Holly (Bonnie Bedelia), en la cuarta entrega tuvo que rescatar a su hija Lucy (Mary Elizabeth Winstead), una vez más, de manos terroristas. Por eso no es de extrañar que en su regreso, con Duro de matar: un buen día para morir, el héroe de acción deba ayudar a su hijo John McClaine Jr., alias Jack. Esta, además, será una aventura que lo llevará por primera vez fuera de Estados Unidos: viajará a Moscú.
Así, casi un cuarto de siglo después de su aventura original, McClaine retorna a la pantalla en una película dirigida por John Moore (Max Payne), que debuta en Chile el jueves 14 de febrero -el mismo día que en Estados Unidos-. La trama, cómo no, está marcada por las explosiones, persecuciones y las ráfagas de metralleta, que se inician cuando el ex policía llega hasta el aeropuerto de Nueva York acompañado por su hija Lucy. Al no tener noticias de su hijo Jack (Jai Courtney), ha decidido viajar a Rusia, no sin antes recibir la advertencia de su hija de que evite meterse en problemas, como ya es habitual. Pero al llegar a la ciudad europea, McClaine no sólo descubre que su hijo ha sido tomado prisionero por criminales y que además es un agente encubierto de la CIA -que busca detener un robo de armas nucleares-, sino que él mismo deberá dejar de lado el consejo filial para salvarlo.
El anunció oficial de la quinta de las películas de la saga, que ya ha logrado superar los US$ 1.000 millones en recaudación a través de los años, se hizo a mediados de 2010, cuando los estudios Fox dieron a conocer a su guionista, Skip Woods, responsable de las historias de X-Men Orígenes: Wolverine y Los magníficos, y quien reviviría al personaje que marcó la carrera de Willis. Con un presupuesto de US$ 100 millones, el rodaje comenzó en abril de este año, con una mayor parte de sus locaciones en Budapest, Hungría. El elenco también incluye a Cole Hauser, Sebastian Koch y la modelo Anne Vyalitsyna.
Pero Duro de matar: un buen día para morir no sólo marca el regreso de McClaine a la pantalla, sino que también el comienzo de la despedida de Willis del personaje. Semanas antes del fin del rodaje, en conversación con MTV News, el actor aseguró que ya no quiere seguir por mucho con este rol: "En los próximos años, ellos podrán fácilmente encontrar un reemplazo para mí o cambiar al personaje. Por mi parte, quiero hacer Duro de matar 5 y una cinta final -Duro de matar 6- antes de colgar la polera blanca para siempre. Por ahora, puedo correr y pelear en la pantalla, pero llegará un momento en que ya no quiera hacer más eso. Y será cuando me aleje de las películas de Duro de matar", aseguró.