Dusan Bonacic no es un jugador más de la Liga Argentina de vóleibol. Es un refuerzo extranjero, con todas sus letras, pues ha sido uno de los puntales de la histórica presentación del equipo Ciudad Vóley en el campeonato argentino.

Bonacic Krogh, con ascendencia croata y danesa, y sangre con tintes de vóleibol, pues es primo de Marco y Esteban Grimalt, fue el mejor anotador de la fase regular del certamen transandino de Primera, con un 46,6 por ciento de efectividad al momento del ataque.

Ciudad Vóley consiguió terminar en segundo lugar de la tabla de la fase regular, con 45 unidades, sólo tres debajo de Bolívar, el líder. Fue la mejor fase regular de su historia.

"Ser el atacante más eficiente de la fase regular, ser uno de los máximos anotadores de mi equipo, mejor jugador de las semifinales (del ascenso), tener el saque más rápido tres veces, es algo de lo que estoy muy feliz", señala Bonacic desde Buenos Aires, en medio de los entrenamientos para sus nuevos desafíos.

"Es una satisfacción enorme saber que el camino que estoy construyendo va por la dirección correcta. Es algo que me motiva y no me conforma. Me motiva a seguir trabajando, buscando siempre de qué manera puedo ser un mejor jugador", agrega el seleccionado chileno.

Hace unos días, el nacional fue la figura de su equipo en la clasificación sobre Alianza Jesús María, el equipo cordobés con el que se enfrentaron en cuartos de final. De hecho, fue un punto suyo el que dio la victoria definitiva en el cuarto duelo, jugado en la Sierra. Fue barrida 4-0 y el video de ese remache final, compartido profusamente en redes sociales en tierras transandinas.

La victoria puso al joven equipo capitalino por primera vez en la instancia de los cuatro mejores. Bonacic y su metro y 96 centímetros de estatura fueron la gran base de ese éxito.

Pero ya sabía de celebraciones el deportista chileno. Se hizo conocido al ser el más efectivo en el Mundial Juvenil de México, en 2014. De ahí partió a Italia, desde donde por problemas de reglamento, fue a préstamo a Suiza, al Energy Investment Lugano, donde se coronó campeón de liga.

El desafío transandino

Tras sus pasos por Europa y éxitos con la Selección, Bonacic destaca también su paso por el equipo de Buenos Aires como importante en su carrera. Cómo no, si en Chile la liga dura un par de semanas y es semiprofesional.

"Esta temporada ha sido grandiosa, muy exitosa, tanto personal como grupalmente. Estoy muy agradecido de estar en un equipo donde ya conozco a todos de la temporada pasada. Eso te da un plus de confianza dentro de la cancha cada día", asegura Bonacic.

"Siento que he podido demostrar todo lo que puedo hacer como jugador ante cualquier situación. Y, bueno, también cada vez más claro en las cosas que tengo que mejorar", agrega el hombre del tatuaje "Obitelj je sve" (La familia es todo) en el brazo derecho.

El ex arquero de fútbol -en la niñez- enfrenta desde este viernes otro desafío: medirse con el poderoso UPCN San Juan Vóley, un equipo que en siete años se ha consagrado seis veces campeón argentino, en dos oportunidades fue monarca sudamericano y hasta fue tercero del Mundial de Clubes de la FIVB hace tres temporadas.

El difícil paso a la final

De chico a grande o como sea, Bonacic tiene confianza en lo que puedan hacer. "¡En estas semifinales tenemos que ganar!", dice con entusiasmo. Y complementa: "Estamos trabajando y entrenando pensando en cómo vamos a jugar para ganarle a UPCN. Ellos son los hexacampeones del vóleibol argentino, es un equipo que juega bien y es fuerte. Sea como sea, no seran partidos fáciles".

Es el camino de Bonacic en el vóleibol transandino donde, espera, haya luego más jugadores de este lado de los Andes.

"Obviamente, cada vez que entro a la cancha siento la obligación de hacerlo bien, de jugar muy bien, no sólo para mí, sino que para demostrar que Chile juega bien al volley, que Chile tiene jugadores de alto nivel internacional, que nosotros, los jugadores chilenos, estamos trabajando para instalar el vóleibol chileno en la mira de todo el mundo", declara.