Varios micrófonos y cámaras de televisión eran el panorama ayer en el Ministerio de Educación, donde esperaban la reacción que daría Felipe Bulnes tras las palabras de anoche de los dirigentes de la Confech.

Sin embargo, el ministro de Educación había dejado su despacho algunos minutos antes de que Camila Vallejo y Giorgio Jackson anunciaran que se sumarían al diálogo con el gobierno, pero que los universitarios no iniciarían las clases del segundo semestre.

Poco antes de partir de su oficina, Bulnes había escuchado de boca del propio Jackson -en un contacto telefónico- la postura acordada por la asamblea de estudiantes.

La decisión de no retomar las clases -alejándose de lo negociado en los días previos entre el gobierno y los representantes universitarios- sorprendió al secretario de Estado quien, tras la conversación con el presidente de la Feuc, partió inmediatamente a una reunión con el Presidente Sebastián Piñera para analizar el escenario.

El encuentro, realizado fuera de La Moneda, se extendió hasta cerca de las 23.00. Tras la cita, Bulnes dijo a La Tercera que "valoramos que los estudiantes acepten sumarse a la mesa de diálogo propuesta por el gobierno. Es fundamental que empiecen a normalizarse las clases. Esta nueva etapa requiere flexibilidad, buena voluntad y actuar con responsabilidad".

Más allá del llamado a mantener el diálogo realizado por el ministro, el balance realizado por el gobierno era poco auspicioso.

Según fuentes del Ejecutivo, la respuesta de la Confech -y el rechazo a volver a clases- dejaba entrever que los sectores duros de la asamblea habían nuevamente ganado posiciones ante los moderados, como Jackson, Vallejo y Camilo Ballesteros, de la Usach.

Así, la inquietud de La Moneda apuntaba ahora a que los sectores estudiantiles más duros -con representantes en el grupo que llegará a sentarse con Bulnes- pudiesen tensionar la mesa e inviabilizar su funcionamiento.

En las horas previas, el gobierno había buscado enviar nuevas señales positivas a los estudiantes. Así, Bulnes se había trasladado al Congreso para tramitar un proyecto de ley ingresado ayer, con discusión inmediata, que busca posponer el plazo del 30 de septiembre para enviar el proyecto de ley sobre desmunicipalización de la educación escolar. Dicho plazo había quedado amarrado en la Ley de Calidad de la Educación, aprobada en enero.

Sin embargo, la iniciativa fue trasladada a la Comisión de Educación, luego de que la bancada PS se negara a que fuera vista en sala. Finalmente, el proyecto fue aprobado con nueve votos a favor y dos en contra, y será visto hoy en la sala de la Cámara Baja.