Señor director:

Tienen razón el intendente Orrego en sorprenderse con las inmensas y hacinadas torres de departamentos que se han construido los últimos cuatro años en Estación Central. Doblemente sorprendentes son los precios a los que llegan esas viviendas, cercanos a las 2.000 UF, con arriendos que no bajan de los $250.000. A pocas cuadras se venden departamentos un poco menos hacinados a 3.500 UF. Este hacinamiento e inflación de precios se deben no solo a la inexistencia de un plan regulador comunal actualizado en la zona, sino que también a una oferta sin precedentes de departamentos para inversión y arriendo.

En las últimas dos décadas o más, las inmobiliarias privadas han estado "saltando" de una comuna a otra de acuerdo a cuán desarrollista sea el alcalde. Si bien la localización de estos edificios se aprovecha de las externalidades positivas del Metro, curiosamente, esta ola de acentuado rentismo especulador de la vivienda nos está haciendo retroceder a una situación de hace 100 años. Estos edificios devalúan sus entornos con conos de sombra y saturación de calles. El derecho de los propietarios vecinos está siendo vulnerado. Se trata de un negocio que necesita más que simples regulaciones, que apenas atenúan su imperfecto funcionamiento.

La fijación de índices de constructibilidad máximos debe ser materia de gobierno metropolitano y no comunal. Es impresentable que un municipio autónomamente ceda un pedazo considerable de territorio a las inmobiliarias, porque genera impactos en toda la ciudad. Además, ¿será tiempo de recobrar una excelente gestión inmobiliaria pública, consciente y no especulativa, como la que tuvimos en el pasado? Ejemplos de buena construcción y arquitectura de vivienda, a precios de compra o arriendo asequibles, también se encuentran en nuestras ciudades.

Ambas serían buenas medidas para contrarrestar la burbuja de precios y mejorar la calidad de vivienda. La completa privatización de la vivienda y el Estado subsidiario han fallado estrepitosamente. Es fundamental que el Ministerio de la Vivienda se pronuncie.

Ernesto López Morales

Departamento de Urbanismo

Universidad de Chile