El británico Jenson Button liberó hoy toda la presión acumulada durante diez temporadas de expectativas y 16 Grandes Premios de tensión al lograr estas tarde en Brasil ser campeón del mundo de Fórmula 1.

"Es más que un alivio. Todos los recuerdos, los buenos y los malos, vienen a tu cabeza. Tras un gran inicio de campaña, las últimas carreras fueron muy estresantes", admitió el piloto de 29 años, que ganó seis de los siete primeros Grandes Premios, pero que sólo pisó el podio una vez en los nueve restantes.

"Lo que hemos logrado tras este invierno es extraordinario", afirmó al recordar las dificultades del equipo para encontrar un comprador tras la marcha de Honda de la Fórmula 1 hace 11 meses.

"Merezco ser campeón, he sido el mejor en los 16 Grandes Premios. Soy campeón del mundo. Apenas puedo escucharlo al decirlo", apuntó Button, que describió el Gran Premio de Brasil como la mejor carrera de su vida tras remontar nueve puestos: partió decimocuarto y finalizó quinto.

Button se vio favorecido por la pérdida de posiciones de su compañero de equipo en Brawn GP, el brasileño Rubens Barrichello. "No sabía lo que haría Rubens, pero a pesar de que yo salía lejos sabía que podía pelear por la sexta plaza, ésa fue mi estrategia. Estaba feliz por Rubens y por el equipo por lograr la 'pole', pero yo me sentía mal. Entonces me tomé dos copas y quedé preparado para hoy", bromeó.

"Hace 21 años desde que me subí a un kart. Me encanta ganar. Nunca esperé ser campeón del mundo de Fórmula 1 porque uno siempre piensa que los pilotos de Fórmula 1 son diferentes a uno. Pero lo logré hoy", dijo Button al bajarse del auto, cuando recibió la felicitación del dueño de la Fórmula 1, su compatriota Bernie Ecclestone. "Se lo merecía", dijo el magnate.

Más emocionado, el padre de Button, John, señaló: "Nunca pensé que lo lograría, pero ya está aquí para siempre".

El futuro para 2010 es incierto, pero no le faltarán "novias". "No he hablado seriamente con ningún equipo sobre qué hacer el año que viene. Hablaré con Brawn cuando haya superado mi resaca".

El británico valoró especialmente haber sido campeón con un equipo como Brawn, que supo aprovechar en 2008 todos los recursos de los que disponía Honda. "No es un equipo completamente nuevo, pero no existiría si Ross no estuviera aquí", alabó a Ross Brawn, no sólo el propietario de la escudería, sino el ideólogo ya desde 2008 del coche de 2009, como lo fue también del insuperable Ferrari del alemán Michael Schumacher al comienzo de la década.

"Se merece una medalla", dijo Button.