Después de una estupenda cuarta temporada, Project Runway tenía el camino cuesta arriba. No sería fácil mantener el nivel de calidad alcanzado no sólo en el ciclo que ganó Christian Siriano, sino que en el anterior también. En ambos, la mezcla de buenos personajes, talento, desafíos entretenidos y comentarios lúcidos de los jueces convirtió al programa en el mejor reality de sus respectivas temporadas.
Por eso, el desafío al entrar a su quinto ciclo, que debuta por People and Arts en el jueves 25 a las 22 horas, era tan complicado. Y el resultado sólo cumplió la tarea a medias. La falla está principalmente en el casting, porque aunque hay personajes para amar, odiar y preguntarse de qué planeta vienen, el talento queda al debe. Y esa siempre fue una de las principales fortalezas del programa. Donde muchos reality basan su atractivo en tener una galería de protagonistas lo más demente e inexplicable posible, Project Runway se enfoca en que sus participantes realmente sea buenos diseñadores; la extrañeza de la personalidad es sólo el aderezo. En el ciclo que People and Arts pondrá en pantalla ahora, hay un par de concursantes realmente buenos, pero la calidad general hace añorar a los diseñadores de una o dos temporadas atrás.
Afortunadamente, el resto de los encantos de la serie se mantienen intactos. Tim Gunn sigue siendo un mentor con categoría y clase, que nunca deja que su amabilidad le impida decir lo que realmente piensa. Uno de los diseñadores en particular pone a prueba su paciencia en este ciclo, pero él, como siempre, sale airoso.
Los jurados también siguen manteniendo una buena mezcla de crueldad, buen gusto y sentido común que siempre será un agrado ver. Y los desafíos en general siguen siendo entretenidos y novedosos, incluyendo uno en el que deben hacerle un traje a distintos travesti.
Al final, en la suma y la resta, Project Runway sigue siendo uno de los reality más adictivos del cable.