Un ola de atentados con bombas se registraron hoy en distintas zonas de Irak, con presencia de comunidades chiitas. El último se vivió al sur del país, donde un artefacto explosivo ubicado en una carretera mató a 45 personas, cerca de un puesto de control  policial en la ciudad de Batha, al oeste de Nassiriya, 300  kilómetros al sudeste de Bagdad.

El ataque  estaba dirigido contra un grupo de peregrinos que iban al santuario chiita de Kerbala, para celebrar la festividad del "arbaín", que marca el fin de los 40 días de luto guardados por la muerte del imán Husein, nieto de Mahoma y venerado por el chiismo.

Previamente otros cuatro atentados azotaron Bagdad. Dos en el barrio del noroeste de la capital, Kadhimiya y otros dos en el empobrecido distrito de Ciudad Sadr, con un saldo de 27 muertos y más de 60 heridos.

La policía dijo que encontró y desactivó otros dos arterfactos.  Irak sigue enfrentando una mortífera insurgencia sunita y milicias chiitas casi nueve años después de la invasión liderada por Estados Unidos que derrocó a Saddam Hussein.

El miedo a una escalada de violencia sectaria se ha intensificado después de que el primer ministro chiita, Nuri al-Maliki, buscó la remoción de dos altos políticos sunitas apenas se retiraron las tropas estadounidenses de Irak, en la peor crisis política en un año.

Ciudad Sadr es un bastión del clérigo radical chiita Moqtada al-Sadr, cuya milicia Mehdi luchó en el pasado contra las tropas iraquíes y estadounidenses. Ahora él es un aliado clave de Maliki.