La cadena de librerías estadounidense Borders presentó hoy a las autoridades una solicitud para acogerse al capítulo 11 de la ley de bancarrota al no poder hacer frente a su deuda, y su cotización fue suspendida en la bolsa neoyorquina.
La entidad gestora de la Bolsa de Nueva York (Nyse) emitió un comunicado en el que señala que tomó la decisión de suspender su cotización tras la petición de esa empresa de solicitar voluntariamente someterse a esa legislación ante el tribunal de bancarrotas del distrito sur de Manhattan.
La firma, que tiene más de cuarenta años de historia, ha decidido cerrar la tercera parte de sus más de 650 tiendas durante las próximas semanas, que serán de manera general las consideradas como grandes superficies, y seguirá operando con Waldenbooks y Borders Express.
La bolsa neoyorquina señaló también que con anterioridad había notificado a la compañía que ya estaba por debajo de los estándares de cotización, ya que sus títulos estaban cerrando desde hace más de 30 días de contrataciones por debajo de un dólar.
La librería, con sede en Ann Arbor (Michigan), emitió un comunicado en el que señala que tomaron la decisión "ante el difícil entorno económico para los consumidores" y "la falta de liquidez de la firma, que no tiene los recursos de capital necesarios para ser un competidor viable".
El presidente del grupo, Mike Edwards, señaló que la solicitud de bancarrota les dará la oportunidad de reorganizarse "para volver a ser un negocio exitoso a largo plazo".
Borders ya ha recibido el compromiso por parte del conglomerado financiero-industrial General Electric (GE) para un financiamiento por US$505 millones, que les permitirá cumplir sus obligaciones de pagos y reestructurarse para tener una mejor posición en el mercado.
Asimismo Borders aseguró a sus clientes que la firma sigue operando con normalidad, al igual que su página de ventas por internet, y que pagará todos los sueldos y beneficios a sus empleados.
También subrayó que esos cierres son producto "de las condiciones económicas y de la viabilidad de sus ubicaciones, pero no (están relacionadas) por la dedicación y productividad de sus trabajadores".
Borders, la segunda mayor cadena de librerías de Estados Unidos, se ha visto fuertemente afectada por el auge de la venta por internet y la popularización de los libros electrónicos, y en lo que va de año ya había perdido más del 72% de su valor bursátil.
Así, el pasado viernes, cuando comenzaron los rumores de que presentaría quiebra, los títulos de Borders habían bajado el 32,58% respecto de la jornada previa, aunque en esa sesión llegaron a perder hasta un 35% durante la sesión, y terminaron a US$0,252 cada una, por lo que su capitalización bursátil quedó en US$18,16 millones.
Al cierre de los mercados el martes, cada título de Borders valía 22 centavos.
Ya con anterioridad el Nyse le había advertido de que el precio de sus acciones era demasiado bajo como para seguir cotizando en la principal plaza financiera del mundo.
La complicada situación financiera de la compañía, agravada a comienzos de año cuando renunciaron dos de sus vicepresidentes, le hizo retrasar los pagos a algunas de sus editoriales como parte de un proceso de refinanciación de deuda.
Además tenía problemas de liquidez desde que a finales de 2010 el valor de su inventario fuera rebajado, por lo que su capacidad para pedir créditos se redujo y la librería se vio forzada a refinanciar su deuda.