El de Caetano Veloso es un caso tipo Benjamin Button. Mientras otras figuras septuagenarias del mundo de la música destinan sus últimos años de actividad a escarbar en sus antiguos éxitos, a montar millonarias giras de estadios o a publicar homenajes a sus maestros, el ícono de la música popular brasileña, que este año celebra medio siglo de carrera discográfica, se resiste al conformismo y ha reforzado su vínculo con las nuevas generaciones.
Durante la última década, fiel a su espíritu rebelde y camaleónico, el cantautor de 74 años grabó discos de filo más rockero junto a una banda de músicos que, por edad, podrían ser sus hijos; sorprendió versionando a grupos como Nirvana; colaboró con nuevos talentos de su país -como la solista Maria Gadú- y actuó en festivales taquilleros como Primavera Sound. Incluso, en 2015, estuvo a punto de llegar al Lollapalooza chileno, pero el acuerdo se trabó a última hora.
Su nuevo foco de atención está en el hip hop y el funk carioca, los ritmos predilectos de los jóvenes brasileños de este siglo. De hecho, el mes pasado subió a YouTube su propia versión del rap Me libera nega, hit del Carnaval de Río 2017 y fenómeno viral que su autor, MC Beijinho, estrenó en TV mientras era detenido por la policía local. Días después Veloso invitó al rapero a uno de sus recitales.
"Es una canción muy tierna, dulce y bonita, que lanzó mientras era llevado por la policía tras haber asaltado a dos muchachos con un cuchillo. Pero él quería los teléfonos para grabar la canción. Es conmovedor escuchar cantarla esposado", cuenta a La Tercera el cantautor, quien el próximo domingo 12 regresa a Chile acompañado de otro "ahijado" artístico: la cantante Teresa Cristina, con quien dará un show en el Teatro Caupolicán (entradas en Ticketek). Esto, como parte de la aplaudida gira "Caetano presenta a Teresa", un show de tres bloques que comienza con la solista homenajeando a Cartola, leyenda de la samba carioca; sigue con Veloso repasando éxitos y piezas selectas de su propio catálogo, para terminar con ambos cantando a dúo.
"Teresa es la más refinada representante de la samba de Río. Verla y oírla sobre el escenario es una experiencia de alto nivel", dice sobre su actual compañera de ruta.
¿Cómo surgió la idea de esta gira en conjunto?
El presidente de Nonesuch, el sello que lanzó el disco Teresa Canta Cartola, me pidió que hiciera una presentación en Nueva York en que Teresa cantara en la apertura. Decidí que el suyo no sería un simple show de inicio sino que yo la presentaría a la gente, cantaría solo después y volvería para hacer algo en conjunto con ella. Quedó tan bien que cuando volvimos a Brasil llovían las invitaciones, y luego desde Europa y países hispanoamericanos.
Además de MC Beijinho, ¿le interesa lo que están haciendo otros músicos jóvenes, en géneros como el funk por ejemplo?
Mucho. Ahora el funk carioca ganó fuerza en Sao Paulo. Hay una grabación de un chico llamado MC G15, que es de origen carioca pero trabaja en Sao Paulo, que es un fenómeno. La canción se llama Deu onda, tiene una letra obscena y otra no tanto, para que pueda sonar en la radio. Es irresistible.
¿Cómo ha visto evolucionar su relación con el público chileno? Antes de su último paso por el país estuvo cerca de actuar en el festival Lollapalooza.
Guardo recuerdos maravillosos del público chileno. Y sí, me hubiese gustado haber estado en el Lollapalooza Chile, pero, sinceramente, no me acuerdo de oír hablar de ese asunto.
Ultimamente ha comentado que cuando está en su casa prefiere tocar canciones de otros autores en vez de las propias. ¿Por qué?
No sólo en mi casa. Siempre ha sido así. En el último tiempo también me ha dado por cantar cosas mías de las que no me acordaba bien. En el show hay algo de eso. Pero el placer de cantar cosas como Camisa amarela, de Ary Barroso, o Love for sale, de Cole Porter, es puro placer. Cuando canto cosas mías parece que todavía estoy trabajando, completando la forma de las canciones.
Diversos artistas han manifestado que en Brasil se vive una crisis democrática desde hace casi un año. ¿Cuál es su visión de la situación actual de su país?
No veo con simpatía lo que pasó. Se parece a un golpe como el paraguayo (la destitución del presidente Fernando Lugo en 2012), pero en cámara lenta. Echaron a la presidenta sin acusaciones legales claras y todos los que están en el gobierno tienen más problemas con la justicia que ella.
También ha sido crítico con los gobiernos de EE.UU., como lo expresó en su canción Base de Guantánamo. ¿Qué le han parecido los primeros días de Trump en el poder?
El gobierno de Donald Trump es algo increíble. Cada nuevo gesto suyo parece salido de una ficción sobre un personaje loco. Pero entendí que la mayoría trabajadora de Estados Unidos quería salir de la política convencional de la globalización. No es un tema sencillo.
¿Nunca le interesó la política como a su amigo Gilberto Gil, que fue ministro de cultura?
La política no me interesaba casi nada cuando era chico. Después empecé a observar. Elijo figuras públicas, tomo partido, no oculto mis ideas, pero ni en sueños me veo aceptando un cargo de ministro o algo así. Cuando Gil fue invitado le dije que no aceptara. Pero él salió mejor de lo que esperaba.
¿Cuáles son sus próximos planes musicales? ¿Tiene intención de volver al estudio?
Quiero hacerlo. También escribir, cantar con mis hijos, quiero hacer antologías de "axé music", de fados, de tangos, de canciones luso-americanas en general.