Desde la primera vez que el cineasta Silvio Caiozzi visitó Chiloé, en la década del 70, mantuvo el recuerdo de los poblados con las características casas chilotas revestidas con tejuelas de madera. Y esa imagen es la que quiere recrear en su próxima película: Y de pronto el amanecer, que será filmada entre agosto y octubre de 2014 y cuyo estreno se proyecta para 2016.

En Castro, el cineasta entregó detalles a La Tercera de la producción ambientada "en un pueblo del fin del mundo". Para lograr la escenografía realista que había pensado, Caiozzi decidió recrear un villorrio típico chilote, para lo cual ha trasladado antiguas casas de tejuelas por tierra y mar, las que compraron a lugareños entre $ 700 mil y $ 2 millones. Incluso, para poder llevar las construcciones de un lugar a otro, el Municipio de Castro ha colaborado ensanchando algunos caminos.

"Hace 30 años yo me enamoré de Chiloé, porque conocí estos villorrios con casas antiguas, de tejuelas, maravillosos, y ya no hay ninguno", indica el director, cuya última película fue Cachimba.

"Al buscar una locación me di cuenta de que había una casa aquí, dos kilómetros más allá otra, pero no un poblado y que muchas de esas casas están listas para hacer fuego, porque los campesinos que son sus dueños han construido viviendas de lata y de zinc, que no se llueven", cuenta.

Ya se han trasladado siete casas, que han sido movidas desde diversos sectores de la península de Rilán, en Castro, hacia un lugar llamado Tongoy, que se ubica justo frente a la capital chilota cruzando la bahía. Y entre las cosas que más le han llamado la atención al director chileno es el "uso" que tenían las casas: "Al conversar con los dueños, la frase de ellos era 'la estábamos dejando caer', tal vez por respeto dejaban que sola muera, y esta opción los alegra porque la hacemos revivir", dijo Caiozzi.

MINGA

El fin de semana pasado, Caiozzi estuvo en Chiloé, precisamente en la minga que permitió mover una de las casas más grandes y que tiene una antigüedad de más de 90 años. El operativo fue impresionante y desde distintos puntos de la comuna se pudo ver cómo la antigua casa, en cuyo techo flameaba una bandera chilena, era movida desde tierra hacia el mar.

La tiradura de la construcción se extendió durante todo el día. Y por varias horas se pudo ver cómo la casa navegaba con la ayuda de embarcaciones. La técnica fue mucho más moderna que la de las tradicionales mingas, ya que, según cuenta el cineasta, antiguamente antes de lanzar una casa al mar se ponían elementos flotantes en su interior, los que al ingresar al agua se pegaban al techo y permitían que flotara.

"Nosotros usamos máquinas porque son casas muy antiguas, por ejemplo, hemos trasladado un fogón que tenía más de 100 años y esta casa de más de 90", detalla Caiozzi.

El proyecto es valorado por el alcalde de Castro, Nelson Aguila, quien considera una buena oportunidad para mostrar la belleza y costumbres del archipiélago, así como ocurrió cuando se hizo la teleserie La Fiera, ambientada en Chiloé. Y el proyecto también entusiasma a los vecinos del sector donde se instala el poblado. "Me parece bien, porque atraerá más turistas, han considerado a la gente de acá para contar historias y la forma de vida y también para extras, y eso me parece bien", afirma Humberto Barría, quien vive a dos kilómetros de donde se rodará la película.

RESCATE PATRIMONIAL

El plan de Silvio Caiozzi para el pueblito que está construyendo va mucho más allá de la película: su idea es transformarlo en un sitio de rescate patrimonial y atractivo turístico. Para esto, pretende conseguir financiamiento con empresas para instalar, en la decena de casas que tendrá el villorrio, pequeños museos. "Será un pueblito patrimonial real, no una réplica", detalla.

La idea, dice, es tener, por ejemplo, una casa de la lana chilota, de la música, de la arquitectura, de la agricultura. "Son casas que están abandonadas. Han sido rescatadas y en vez de que se destruyan, es mejor que permanezcan en un lugar donde toda la gente las pueda ver", dijo el alcalde.

La película está inspirada en novelas del escritor chileno Jaime Casas. "Me encantaron situaciones y personajes de fin de mundo y tomé esas historias para contar la vida de un escritor ", dice Caiozzi (ver recuadro).

El 15 de enero se va a realizar la minga final para la escenografía, oportunidad en la que se va a trasladar la última casa que dará vida al villorrio.