La compra de votos en México es "inaceptable" y debe ser castigada, señaló hoy el presidente Felipe Calderón, aunque  puso en duda que estas acusaciones vayan a ser suficientes para descalificar la elección presidencial que dio como ganador al opositor PRI.

"Esta compraventa de voluntades políticas, siendo diez o siendo mil, es  simplemente inaceptable", subrayó Calderón a la radio Fórmula agregando que se  trata de "un vicio de nuestra calidad democrática que tiene que corregirse de  inmediato", y en la que incurrieron todos los partidos, incluida la izquierda.

El mandatario señaló que espera que la autoridad electoral "rectifique de  inmediato y la castigue", aunque puso en duda que estas acusaciones vayan a ser  suficientes para descalificar los comicios.

El candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador y el gobernante Partido Acción Nacional acusaron al PRI de repartir millones de tarjetas de  prepago de una cadena de supermercados, a cambio de votos y de haber pagado cifras  millonarias a funcionarios de casillas.

El resultado oficial entregado el domingo dio la victoria a Enrique Peña Nieto del PRI, con 38% de los votos, frente a 31% de López Obrador y 25% de  Josefina Vázquez del partido oficialista.

El partido de Calderón denunció una semana antes de la elección del 1 de julio que el PRI destinó unos 49,09 millones de dólares para pagarle a funcionarios electorales, un monto que rebasa el tope de gastos de campaña establecidos por la ley en 21,7 millones de dólares.

La izquierda por su parte asegura que el PRI compró cinco millones de votos con un gasto de 131 millones de dólares. Sin embargo, el PRI asegura lo contrario: "No compramos ningún voto", dijo de su lado Eduardo Sánchez, portavoz de dicho partido.