El hogar, que suele ser el sitio más preciado por las familias y también asociado con el concepto de seguridad, al mismo tiempo puede ser una gran cuna de enfermedades, sobre todo en invierno, cuando las personas están más propensas a padecer afecciones respiratorias.

Uno de los principales y más desconocidos motivos de esto es la contaminación intradomiciliaria, que es la polución que se produce cuando los sistemas de calefacción emanan monóxido de carbono y también por la falta de ventilación de los inmuebles. Esta toxicidad -que muchas veces no se sabe que hay dentro de las casas- suele ser las que más daña la salud de niños y ancianos en esta época, ya que ellos son los que están expuestos al calor de las estufas por más tiempo.

A raíz de esta problemática, en 2010 la Dirección de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la U. Católica (Dictuc) realizó un estudio sobre la toxicidad producida por diversos artefactos de calefacción que combustionan al interior del hogar. Como resultado se pudieron determinar las emisiones de monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) de estufas nuevas, a gas y parafina, sin ducto de evacuación de gases.

Como continuación del trabajo realizado, en 2011 se llevó a cabo una segunda investigación, en cuyo análisis se consideraron artefactos nuevos y usados, y se incluyó la medición de material particulado fino (MP), contaminante médicamente reconocido como causante de distintas enfermedades respiratorias, además de muertes en población sanitariamente vulnerable.

En la ocasión se detectó que entre los artefactos de calefacción más utilizados en nuestro país, las estufas tradicionales a parafina son las que presentan las mayores emisiones de monóxido de carbono y material particulado fino (MP2,5).

Según explica el médico broncopulmonar de la Clínica Santa María, Mauricio Ruiz, "esta mezcla de partículas sólidas y gotas es muy peligrosa para la salud de las personas, porque al ser respirada pasa de forma directa a la circulación, afectando otros órganos, como el corazón, el cerebro e incluso puede producir infartos, junto con incidir en el aumento de enfermedades respiratorias".

Y aunque este tipo de material -el MP2,5- sí es medido por las estaciones de monitoreo del aire en nuestro país, no se toma en cuenta para establecer medidas de alerta ambiental, ya que en esos casos sólo se considera el MP10, que es catalogado como "no respirable", porque no entra directamente al sistema respiratorio.

¿CUALES SON LOS SISTEMAS DE CALEFACCION MAS CONTAMINANTES?

El estudio del Dictuc reveló que las estufas a parafina, independiente de su tecnología, son las que generan las mayores emisiones de dióxido de azufre (SO2), en tanto las estufas modernas a parafina son las que presentan las mayores emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). 

Entre otros resultados, también se vio que las estufas usadas tienden a presentan mayores índices de emisión de material particulado fino que las nuevas, sin importar el combustible utilizado o la tecnología del artefacto. En cuanto a los gases contaminantes producidos por productos de calefacción a gas o parafina "sin chimenea" destacan el monóxido de carbono (CO), el dióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógenos (NOx), mientras que entre las partículas respirables se encuentran las gruesas y las finas.

Según el Observatorio Medio Ambiental Domiciliario (Omad), las estufas con mayores niveles de CO -luego del carbón que presenta 72,9- son las a parafina de tecnología tradicional usadas (3,2) y nuevas (2,3). Entre las que menos CO emiten están las a parafina con tecnología moderna, sin mecha y las convectivas a gas.

Para el especialista de la Clínica Santa María, los sistemas de calefacción menos contaminantes y recomendados para tener en hogares donde hay niños y ancianos "son las calderas, los que se activan a través de la circulación de agua y los eléctricos". Según el broncopulmonar son las menos nocivas para la salud, pero si se requiere una opción más económica, también se pueden utilizar las que se abastecen de parafina y tienen sistema cerrado, como los modelos que han salido a la venta en los últimos años: "emanan menos contaminación y son más baratas", dice Ruiz.

Cabe destacar que para que una casa esté calefaccionada no debe superar los 18 grados; traspasar esta barrera hace que las personas se expongan a cambios de temperatura bruscos y por tanto que estén más vulnerables a adquirir enfermedades virales. Junto a esto, el doctor Ruiz enfatiza que"mantener encendidas por tiempo prolongado las estufas consume el oxígeno del ambiente,  y eso puede afectar el sistema respiratorio de las personas, e incluso, provocar la pérdida del conocimiento", señala.

Para finalizar el médico de la Clínica Santa María indicó que para prevenir enfermedades respiratorias este invierno lo mejor es "no usar calefacciones que se provean de combustibles orgánicos, como leña y carbón; ventilar todos los días los lugares donde las personas estén y evitar que los menores de edad y personas de la tercera edad estén expuestos de forma directa a las estufas", detalló.