Las tácticas utilizadas por la Policía para vigilar las protestas anticapitalistas de Londres durante la cumbre del G20 fueron "inadecuadas", señala hoy un informe elaborado por un organismo supervisor de las fuerzas del orden.
El documento, a cargo del inspector de la Policía, Denis O'Connor, indica que los agentes estaban más concentrados en evitar incidentes violentos durante la reunión del Grupo de los Veinte (G20, países desarrollados y emergentes) del pasado abril en vez de permitir el transcurso de manifestaciones pacíficas.
Al mismo tiempo, el texto pone de manifiesto que la táctica de retener a la gente en un mismo lugar durante largos períodos de tiempo era "incompatible" con una protesta en la que tomaron parte miles de personas en la City de Londres (centro financiero) el pasado 1 de abril, un día antes de la cumbre.
Los líderes del Grupo de los Veinte se reunieron en el este de Londres para abordar la crisis económica global.
En el informe de hoy se pide una revisión del entrenamiento al que deben someterse los agentes para este tipo de eventos.
Al dar a conocer el texto, O'Connor resaltó que "el mundo está cambiando y la Policía necesita pensar en cambiar su actitud a la hora de vigilar las protestas".
El inspector agregó que es necesario que la Policía cuente con el apoyo de la población cuando haya manifestaciones de este tipo.
En las protestas anticapitalistas de abril, en las que tomaron parte decenas de miles de personas, los manifestantes se quejaron de que fueron obligados a quedarse donde estaban sin poder salir de allí para volver a sus casas o acudir a sus puestos de trabajo.
Durante la manifestación, el británico Ian Tomlinson, vendedor de periódicos, falleció después de que fuera empujado por la Policía, lo que investiga la Comisión de Quejas a la Policía (PCC, siglas en inglés), encargada de averiguar algunos incidentes en los que están implicados agentes.
El pasado mes de junio, el Comité de Interior de la Cámara de los Comunes criticó las tácticas utilizadas por la Policía en el G20 y consideró que retener a la gente en un mismo lugar no siempre puede estar justificado.