Los californianos temían el efecto del terremoto de Japón en la forma de un tsunami sobre la costa oeste del país, pero las esperadas olas de casi tres metros de altura nunca llegaron. Tan sólo se observaron inundaciones en las playas y algunos atascos de tráfico.

Por su parte, el presidente Barack Obama dijo desde Washington que el alerta se estaba tomando "muy en serio" y solicitó al público evacuar en caso de necesidad.

El alerta, que fue dada en la madrugada del viernes, produjo evacuaciones en varias zonas desde Alaska hasta Oregon, y en algunas localidades se reportaron enfrentamientos en estaciones de gasolina y problemas de tráfico.

El tsunami, que pasó por Hawai, no causó serios daños a la isla. "Hicimos lo correcto. La evacuación era necesaria. No hay discusión sobre el hecho de que actuamos bien", declaró Gerard Fryer, un experto geofísica de Hawai.

Por su parte, las autoridades de Newport Beach, California, cancelaron las clases en varias escuelas y pidieron a los residentes a través de un llamado telefónico grabado a las cuatro de la mañana que se levantaran temprano ante un alerta de tsunami tras el terremoto.

Por su parte, los guardacostas del área desalojaron las playas desde las siete de la mañana y distribuyeron folletos con consejos sobre cómo sobrevivir en caso de un tsunami. Algunos surfistas se negaron a salir del agua por lo que se emitió una advertencia sobre posibles multas.

Robert Beaudoux, de 61 años, residente de Seashore Drive, dijo al diario "Los Angeles Times" que se estaba preparando para evacuar en caso de una emergencia.

En el condado de Orange, las playas fueron desalojadas desde tempranas horas de la mañana y se emitieron llamados telefónicos masivos informando a los residentes del alerta. A los dueños de barcos grandes de pesca se les pidió salir del mar y a los botes pequeños, que atracaran.

Al sur de California, en Crescent City, se reportaron daños a varios veleros. El sitio web "WeatherSpace.com" informó que el tsunami arrasó más de 365 metros de playa.