Minutos antes de que comenzara la sesión de ayer, las autoridades de la Cámara estaban preocupadas. La alta cantidad de pareos y permisos para ausentarse hacía temer que no se lograría el piso de 40 diputados para desarrollar la sesión.
Si bien comenzó con pocos presentes, finalmente la asistencia llegó a cerca de 60 parlamentarios, suficientes para votar los proyectos en tabla.
Pero las autoridades de la Cámara están conscientes de que a medida que se acerque la fecha de elecciones, la asistencia será un problema de cada día. Habitualmente en ese período previo a los comicios los parlamentarios se concentran en sus campañas electorales.
Ese argumento predominó en la reunión del pasado 16 de abril, a la que asistieron jefes de todas las bancadas. En la cita acordaron un receso de cuatro semanas antes de las elecciones del 17 de noviembre. Para evitar críticas decidieron compensar ese lapso -en el que no habría trabajo legislativo- con sesiones adicionales los días lunes durante los meses previos. El acuerdo implicaba trasladar las sesiones de los días 29 y 30 de octubre y 5, 6 y 7 de noviembre al 5, 12 y 26 de agosto y 2 y 9 de septiembre (ver calendario).
A eso se suman las habituales semanas distritales (período en que los parlamentarios trabajan en sus regiones) de octubre y noviembre, lo que dará en total un plazo de cuatro semanas para que todos los diputados puedan dedicarse a su campaña. En su mayoría son parlamentarios que van a su reelección, pero también hay un porcentaje que aspira al Senado.
En 2009 la Cámara adoptó un acuerdo similar que provocó una polémica pública.
El presidente de la Cámara, Edmundo Eluchans (UDI), dijo que hay que actuar con realismo. "Es mejor sincerar las cosas y si no adoptábamos este acuerdo, nos íbamos a encontrar con el hecho de que muchos parlamentarios no iban a estar presentes. Tenemos el Congreso en Valparaíso, pero hay diputados por Arica y Punta Arenas, que van a la reelección. Obviamente los diputados necesitan tiempo para desarrollar sus campañas", dijo Eluchans.
El jefe de la bancada PS, Fidel Espinoza, dijo que esto no implicará un menor trabajo legislativo. "No se va a perder ninguna sesión. Todas esas sesiones (antes de las elecciones) van a ser cubiertas trabajando días lunes en Santiago y en el Congreso de Valparaíso", dijo.
A juicio del jefe de diputados de RN, Pedro Browne, "se buscó optimizar el trabajo legislativo y todos sabemos que antes de elecciones, la intensidad de las campañas aumenta, de esa forma aseguramos sesiones que sean productivas y no ver perjudicado por falta de quórum algún proyecto".
Sin embargo, el cambio en el calendario legislativo de la Cámara, que se fija en enero y en coordinación entre las ramas del Congreso, sorprendió en el Senado.
Sobre ese tema, el presidente del Senado, Jorge Pizarro, evitó polemizar, aunque precisó que era preferible "no confundir lo que es la campaña electoral con el trabajo legislativo".
"Cada Cámara ordena su trabajo de acuerdo con lo que deciden las mesas con los comités. Nosotros tenemos un calendario que se hizo a fines del año pasado, que está predeterminado y lo vamos a cumplir", dijo Pizarro.
La presión sobre los senadores que son desafiados por diputados, sin embargo, no es el único efecto que tendría este cambio de la Cámara. Entre octubre y noviembre se tramita la Ley de Presupuesto, por lo que esta medida añade un elemento más para que la discusión presupuestaria sea adelantada, como han pedido distintos sectores políticos.