Al inicio de la sesión de ayer, uno de los primeros temas que abordó la sala de la Cámara de Diputados fue la petición de Gabriel Ascencio, de reponer dos reformas electorales que el mismo diputado DC había presentado en 2005.
En una decisión inédita, la unanimidad de la sala reactivó la tramitación de ambas iniciativas, que desde 2008 se encontraban archivadas. Incluso, ni siquiera fue necesaria una votación para adoptar el acuerdo.
La primera reforma -que será analizada por la Comisión de Constitución- eliminaba el tope de 120 diputados que fija la Carta Fundamental, mientras que el segundo proyecto -que será revisado por la Comisión de Gobierno Interior- introducía una corrección al sistema de elección parlamentaria.
La propuesta de Ascencio contemplaba aumentar los escaños en el Congreso para elegir, adicionalmente, 30 diputados y 10 senadores, con un criterio de distribución proporcional.
La arremetida del legislador fue respaldad por la bancada falangista, que ayer a la hora de almuerzo acordó redactar un documento a favor del cambio al binominal. "La bancada DC quisiera que el gobierno comience la discusión del sistema electoral. Queremos reemplazar el binominal por uno proporcional", dijo Ascencio.
La reactivación del debate también generó simpatías en RN. "Es una propuesta sensata y prudente. Una idea interesante", dijo el presidente de la Comisión de Constitución, Alberto Cardemil (RN).
El gobierno, en tanto, reaccionó con cautela. Pero esta no es la primera vez que diputados ponen en tramitación reformas electorales sin una venia explícita del Ejecutivo. Así ocurrió con la reforma que crea los cupos senatoriales de Arica y la que modifica los reemplazos parlamentarios.