La Cámara de Comercio de EE.UU. y la mayor federación de sindicatos del país, AFL-CIO, publicaron hoy unos principios comunes que consideran que deben guiar los esfuerzos de la Casa Blanca y el Congreso para una reforma migratoria.
Después de meses de conversaciones, el sector empresarial y el sindical coinciden en la necesidad de crear una oficina dentro de alguna agencia federal dedicada a evaluar las carencias de mano de obra y ayudar a determinar cuándo se puede admitir a trabajadores extranjeros para empleos poco cualificados.
Esa oficina "informará al Congreso y al público sobre los asuntos de la mano de un sistema que proporcione visados que respondan a las necesidades de los empleadores al tiempo que protege los salarios y las condiciones de los trabajadores menos cualificados, extranjeros o nacionales", señalaron las coaliciones en un comunicado conjunto.
El presidente de la Cámara de Comercio, Thomas Donohue, y el de la central sindical, Richard Trumka, delinearon en el comunicado tres principios para el proceso de reforma iniciado por el Gobierno de Barack Obama y el Congreso.
"En primer lugar, los trabajadores estadounidenses deben tener la primera oportunidad ante los trabajos disponibles", señalaron, para precisar que es necesario "mejorar la forma en que se informa de las vacantes para que lleguen al máximo número de trabajadores".
En segundo lugar, indicaron que cuando los empresarios no encuentren a estadounidenses que contratar, "es importante que nuestras leyes permitan contratar a extranjeros sin tener que pasar por un proceso engorroso e ineficaz".
Para ello, consideraron necesario "un nuevo tipo de programa de visados para trabajadores que no los mantenga en un estatus temporal permanente, que proporcione movilidad para seguir dando a los estadounidenses una prioridad en las vacantes y que se ajuste automáticamente según la economía se expanda y contraiga".
Por último, instaron a "construir una base de conocimiento que use datos reales sobre mercados laborales y demografía" para "crear un proceso guiado por la demanda" que ayude a comprender cómo se están enfrentando las carencias de mano de obra y a enfrentarlas en el futuro.
El senador republicano Marco Rubio, uno de los legisladores implicados en el proceso de reforma, valoró el acuerdo, aunque consideró que hay "mucho trabajo por hacer" para "terminar este proceso con un programa efectivo de trabajadores visitantes", en un comunicado emitido por su portavoz Alex Conant.
Rubio forma parte del grupo bipartidista que ha delineado propuestas comunes que incluyen las condiciones para que los cerca de 11 millones de indocumentados del país opten a la ciudadanía, y que ahora se debaten con la Casa Blanca.