La Cámara de Diputados argentina aprobó esta noche el proyecto de ley impulsado por el gobierno para blanquear divisas no declaradas en el país, mediante la implementación de dos bonos y un pagaré.
La Cámara Baja aprobó en general la propuesta con 130 votos a favor y 107 negativos.
La iniciativa, que contaba con media sanción del Senado, autoriza al Ministerio de Economía a emitir el llamado "Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (BAADE)", que cotizará en el mercado de capitales, vencerá en 2016 y otorgará un rendimiento del 4 por ciento de interés anual, y "el Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico", en valor dólar, destinados "exclusivamente, a la financiación de proyectos de inversión pública en sectores estratégicos, como infraestructura e hidrocarburos".
Además, habilita al Banco Central a poner en circulación el "Certificado de Depósito para Inversión (CEDIN)", en dólares y endosable, "como un medio para la cancelación de obligaciones" en la referida moneda extranjera.
El presidente de la comisión de Presupuesto, el oficialista Roberto Feletti, aseguró que el objetivo es "lograr un shock de inversión" en el sector energético, la construcción y el inmobiliario, y le reclamó a la oposición que, en vez de criticar, diga "cómo piensa financiar al país".
Al rechazar las críticas al blanqueo, el kirchnerista apuntó que "en ningún momento suspende las normas sobre lavado de dinero" y explicó que "el único beneficio que se otorga" a quienes "exterioricen" capitales es la "exención impositiva", pero aclaró que una vez que los fondos ingresan al "circuito bancario formal, las instituciones financieras de Argentina tienen la obligación de aplicar íntegramente la normativa de lavado de dinero".
El vicepresidente de la misma comisión, el opositor Miguel Giubergia, recordó que es la "segunda vez" que durante el gobierno kirchnerista se trata "un proyecto de blanqueo de capitales" y dijo que el propuesto "es un chiste de mal gusto, para los argentinos que cumplimos y respetamos la ley".
La polémica iniciativa es impulsada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con el argumento de atraer inversiones y limitar las operaciones del mercado ilegal del dólar, donde la moneda norteamericana cerró hoy su cotización a 8,88 pesos contra los 5,29 del mercado oficial.
El gobierno cuenta con mayoría en ambas cámaras legislativas, por lo que no tuvo inconvenientes para que la medida se convierta en ley.
El plan, que consiste en instrumentos financieros para captar divisas no declaradas por los ciudadanos, implica una amnistía impositiva, con un perdón de la deuda fiscal que hubieran generado esos capitales, como también la extinción de toda posible responsabilidad judicial vinculada con las leyes penales cambiaria y tributaria. Quienes blanqueen dinero quedarán libres de toda acción civil, penal o administrativa en su contra.
Este es el segundo blanqueo de capitales que impulsa la jefa de Estado, luego del realizado en 2009 y que permitió ingresar unos 4.000 millones de dólares al sistema legal.
Los oficialistas argumentan a favor de sumar capitales para ampliar el nivel de empleo de la economía y los opositores califican de "inmoral" la propuesta, a la vez que deslizan todo tipo de comentarios sobre blanqueos de dinero provenientes de "amigos del poder".
El titular del bloque del kirchnerismo, Miguel Pichetto, afirmó que el blanqueo actual "se ha utilizado de manera idéntica en 1986 por el gobierno de Raúl Alfonsín y en 1992 por el de Carlos Menem, a pedido del ministro (de Economía) Domingo Cavallo".
El proyecto establece que quienes se sumen a la iniciativa podrán cambiar divisas extranjeras por bonos y no estarán obligados a revelar la procedencia ni el origen de los fondos.