"El espectáculo fue una cuestión bochornosa". Así salió a comentar ayer el presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade (PS), el fracaso de la sesión en sala, el martes, provocado por la ausencia de la gran mayoría de los parlamentarios. Y si bien se reprogramó el trabajo en el hemiciclo para minutos más tarde y se llevó a cabo la discusión presupuestada para dicha jornada, el episodio continuó generando debate entre los legisladores.
En ese sentido, Andrade anunció ayer que -amparado en sus atribuciones como presidente de la corporación- se establecerá una plataforma de control público de los horarios de ingreso de los parlamentarios. Esto, aseguró, comenzará a regir desde este lunes, día en que la oposición llevará a cabo la interpelación al ministro del Interior, Mario Fernández.
"Si desde el lunes vemos que hay parlamentarios que sistemáticamente marcan (su asistencia) al momento de votar y antes no, en consecuencia no están en la sala y sólo llegan a la votación, es evidente que tenemos que hacer un cambio reglamentario y aplicar multas", agregó Andrade.
Pero existe otra medida que podría sumarse a este nuevo control horario: aumentar las multas establecidas a los diputados que se ausenten de las sesiones sin justificación previa.
Actualmente, esta multa asciende al 1% de sus dietas (remuneraciones), es decir, unos $ 90 mil. Esa es la cifra que se les descontará a los 62 diputados que se ausentaron sin justificación el martes, haciendo fracasar la sesión.
"La sanción del 1% que conocemos para este tipo de situaciones podría ser un tanto exigua, y hemos pensado en aumentarla. Es parte del debate", adelantó el presidente de la Cámara, aunque sin entregar mayores definiciones.
El reforzamiento de la fiscalización y un posible aumento de las multas monetarias fueron dos materias que se comenzaron a analizar ayer al interior de la Comisión de Régimen Interno de la Cámara.
Andrade -quien tampoco estuvo presente en la truncada sesión del martes, aunque justificado por estar en una audiencia oficial encomendada por la corporación- también anunció que junto con realizar un control público de los horarios de llegada a la sala, se homologará la medida para los horarios de ingreso de los parlamentarios a las comisiones de trabajo de la Cámara. Esto, a fin de asegurar la participación de los legisladores en el debate legislativo y evitar que sólo asistan al minuto de las votaciones.
Uno de los puntos que están pendientes, según señaló el propio Andrade, será establecer un control certero sobre los tiempos en que los parlamentarios permanecen al interior del hemiciclo y de las comisiones.
"Nos parece que es muy atingente, porque nos parece bien inconfortable que muchas veces se está discutiendo un proyecto y en la sala no tenemos un número importante de diputados presentes. Es un tema pendiente", explicó.
A la truncada sesión inaugural del martes -que se reprogramó para una hora después- solo llegaron 36 diputados, en circunstancias que el quórum mínimo para sesionar era de 39 legisladores (un tercio de los diputados en ejercicio que actualmente son 118 tras el desafuero de Rosauro Martínez y Gaspar Rivas).
De los 82 diputados que se ausentaron, solo 20 se encontraban excusados por estar en misiones oficiales en el extranjero; en comisiones de servicios; tener permisos parentales; estar con licencias médicas o encontrarse con un impedimento grave para asistir.