Al igual que en las últimas reuniones de la bancada DC, el debate en torno a la acusación constitucional presentada contra el ministro de Educación, Harald Beyer, fue tema central del almuerzo de los diputados de la falange y nuevamente las miradas apuntaron a Jorge Burgos y Jorge Sabag, quienes mantenían dudas sobre la arremetida contra el secretario de Estado.
Sin embargo, en la cita Burgos y Sabag dieron por primera vez una señal a favor de la acusación. Según presentes, ambos diputados DC expresaron que "claramente, nuestros votos no están al mismo nivel de los independientes René Alinco y Pedro Velásquez", quienes, al menos hasta ayer, eran considerados por el gobierno para votar en contra del libelo acusatorio impulsado por la diputada independiente Alejandra Sepúlveda.
La única condición que puso Burgos fue pedir una votación separada de los capítulos de la acusación. Según explicó a La Tercera, su idea es votar a favor del cargo que se le hace a Beyer de no haber ejercido debidamente su rol fiscalizador. No obstante, en caso de no prosperar su petición, Burgos dijo: "Si no me permiten votar por capítulos, mi tendencia es votar a favor de la acusación".
Las señales de Sabag y Burgos se sumaron a las de Matías Walker, quien el martes notificó a su bancada que apoyaría el libelo. "He llegado a la convicción de que hay méritos para la acusación. Hubo negligencia del ministro", dijo Walker.
A eso se sumaban las fuertes presiones de las bancadas opositoras para revertir licencias médicas presentadas repentinamente por algunos diputados (ver breves).
La postura opositora ha sido monitoreada en el Congreso por el ministro Cristián Larroulet y el subsecretario Claudio Alvarado, quienes ayer mantuvieron constante comunicación con el equipo jurídico de Beyer. Mientras que en la tarde, en La Moneda se reunieron la ministra vocera, Cecilia Pérez, y su equipo para afinar el diseño comunicacional el día de la votación: la apuesta es tratar de trasladar a todos los miembros del comité político para acompañar a Beyer durante la sesión.
El cierre de filas en la oposición y el oficialismo augura para hoy una polarizada votación, similar a la ocurrida ayer con la elección de la testera de la Cámara.
Visto como una forma de sintonizar con el movimiento estudiantil, la postura de quienes promueven la acusación ha ido imponiéndose sobre aquellos parlamentarios opositores que manifestaron dudas frente al mérito de la acusación y advirtieron sobre el riesgo de abrir una caja de Pandora que termine por provocar un efecto bumerán.
En ese contexto, varias han sido las ex autoridades de los gobiernos de la Concertación que han cuestionado el libelo acusatorio, mientras que Michelle Bachelet ha mantenido silencio frente al tema.
PANORAMA INCIERTO
Ayer, en el gobierno el optimismo era menor que en días pasados. Incluso, se hablaba de que en el mejor de los casos -incluyendo los votos de Alinco y Velásquez contra el libelo- habría un empate en la sala, en vista del cierre de filas de la oposición.
Dado el inminente empate, una de las medidas que barajaba el Ejecutivo era retirar el reclamo por la "cuestión previa", que fue invocada por Beyer para pedir que se vote primero la admisibilidad de la acusación antes de debatir el contenido del libelo.
El problema, explicaban, es que un empate, en ese caso, favorece la postura de la oposición.
En esa línea, la alternativa que cobraba fuerza era ahorrarse una posible derrota y entrar a debatir inmediatamente el fondo de la acusación. En ese caso, un empate en votos tendría un efecto inverso e implicaría dar por rechazado el libelo acusatorio, que requiere obligatoriamente una mayoría simple para avanzar a la siguiente fase en el Senado.