Nerviosa, con la voz entrecortada se presentó ante una multitud de periodistas en el Centro Cultural Cristiano de Brooklyn, Nafissatou Diallo, la guineana de 32 años que acusa al ex jefe del FMI, Dominique Straus-Kahn (DSK) de agresión sexual e intento de violación.

La camarera del hotel Sofitel, defendió hoy su reputación y aseguró que muchas de las cosas que se han dicho sobre ella "no son verdad". "Estoy aquí para que la gente sepa que muchas de las cosas que se han dicho sobre mí no son verdad", afirmó Diallo que estuvo acompañada por su abogado, Ken Thompson.

Vestida con traje oscuro y camisa blanca, la mujer detalló que tanto ella como su hija lloran "todos los días" por todo lo que están pasando desde mediados de mayo, cuando se produjo el incidente con Strauss-Kahn (DSK) en Nueva York, y dijo que decidió dar la cara para que ninguna mujer tenga que pasar por lo mismo que ella.

"Ni yo ni mi familia podemos dormir", añadió Diallo con el semblante serio durante su breve comparecencia ante la prensa, en la que insistió hasta en dos ocasiones en que decidió hablar en público para desmentir todo lo que se ha dicho de ella.

La demandante aseguró que, en los dos meses que han pasado desde el incidente, su hija pequeña, con la que vive en un edificio de apartamentos en el Bronx, le ha pedido repetidamente que "deje de llorar", porque todas las "cosas malas" que se han dicho sobre ella vienen de gente que no la conocen.

"Un día mi hija me dijo: 'mamá, prométeme que vas a dejar de llorar, dicen esas cosas de ti porque no te conocen. Tienes que recordar que él (DSK) es un hombre poderoso, pero a ti sólo te conoce la gente con la que trabajas y los vecinos, y ellos dicen cosas buenas de ti porque te conocen'", añadió Diallo.

La empledada quien se preguntó en voz alta "por qué" ella tiene que pasar por todo esto, dio las gracias a todas las personas y organizaciones que le han mostrado su apoyo en este tiempo, tras lo cual abandonó la sala sin responder a preguntas de los periodistas.

Diallo compareció ante la prensa un día después de reunirse con la Fiscalía de Manhattan por espacio de ocho horas, una reunión de la que sólo ha trascendido a través de su abogado que fue para aclarar una conversación telefónica que tuvo con un hombre preso en Arizona un día después de la supuesta agresión.